El gobernante Partido Social Demócrata (PSD) ha ganado este domingo las elecciones parlamentarias de Rumania con el 23,8% de los votos, mientras que las fuerzas europeístas sumarian en conjunto cerca del 57%, cuando se han escrutado el 96% de las papeletas. La ultranacionalista Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR) queda en segundo lugar con el 17,8% de los votos, en tercer lugar, el gobernante Partido Nacional Liberal (PNL, de centroderecha), con en torno al 14,6%, y en cuarta posición se sitúa la formación nacionalista de centro Unión Salvar Romania (USR), con el 11,2%. La victoria de los socialdemócratas llega después de uno sorprendente primera vuelta de las elecciones presidenciales en el país, donde el político de extrema derecha y prorruso Calin Georgescu consiguió la victoria contra todo pronóstico.
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Los analistas preveían un aumento del apoyo a opciones ultras en Rumania -país miembro de la OTAN y la Unión Europea (UE)- después de la inesperada victoria del prorruso Calin Georgescu en las presidenciales de hace una semana, cuando obtuvo casi el 23% de los votos. Las dos formaciones que han dominado la política rumana en las últimas décadas y que gobiernan en una gran coalición desde el 2021, el PSD y el PNL, han encajado importantes pérdidas de apoyos. Sin embargo, el golpe queda lejos de lo que esperaban los analistas.
El control del Parlamento será un objetivo clave para las fuerzas europeístas como contrapeso delante de Georgescu en caso de que llegue a la presidencia. "Los rumanos salieron a votar y demostraron cómo es de sólida la democracia en Rumania. El PSD es la principal bastante política de Rumania", ha declarado el primer ministro socialdemócrata, Marcel Ciolacu, que dimitió hace una semana como líder de la formación para no conseguir llegar a la segunda vuelta presidencial cuando partía como favorito.
La presencia de la extrema derecha se expande
La formación que más ha crecido es la extrema derecha de AUR, que doblaría el porcentaje desde el 9% del 2020 hasta casi 18%. La participación, con el 52,5%, ha sido la más alta en unas legislativas desde el 2004. El líder de AUR, George Simion, había prometido que si llega al poder suspenderá la ayuda militar a Ucrania y, con una retórica parecida a la del primer ministro húngaro, el ultranacionalista Viktor Orbán, asegura que quiere la "paz" y una "tregua" en el conflicto desatado por la invasión rusa.
El político ultra se presenta como un defensor de los valores tradicionales y los "verdaderos rumanos", con una retórica que mezcla aspectos nacionalistas, religiosos y populistas. Simion da apoyo a Georgescu a la segunda vuelta de las presidenciales.
Estas legislativas han quedado oscurecidas por una semana de alto voltaje a la política rumana, primero por la sorprendente victoria de Georgescu y después por el recuento de todos los votos de las presidenciales ordenado por el Tribunal Constitucional a causa de las sospechas de fraude.