El Partido Socialista francés se ha mostrado abierto a negociar con los socios políticos del presidente, Emmanuel Macron, a cambio de "concesiones recíprocas". Así lo ha expresado su líder, Olivier Faure, en lo que ha supuesto un cambio de discurso con respecto al posicionamiento de los últimos meses que llega en pleno debate sobre el nombramiento de un nuevo primer ministro. Los socialistas forman parte del Nuevo Frente Popular, la coalición formada por los partidos de izquierda para aumentar sus opciones a las elecciones legislativas de julio y de la cual también forman parte La Francia Insumisa, Los Verdes o el Partido Comunista.

Hasta ahora, la coalición de izquierdas había seguido una única línea, pero las declaraciones de Faure, donde no rechaza de primeras los pactos con los socios de Macron, han supuesto un cambio de discurso. El socialista entiende que hay margen para negociar con un futuro gobierno "de una duración determinada" que incluya entre los posibles "compromisos" una cesión para mantener la reforma de las pensiones. La alcaldesa de París, la también socialista Anne Hidalgo, ha hecho un llamamiento a una alianza de "republicanos responsables", ya que "no vale la pena precipitarse hacia el caos". La alcaldesa parisina, que ya se ha autodescartado como candidata, espera que el próximo primer ministro pueda ser alguien "de centroizquierda".

Macron ha convocado este viernes en el Elíseo a Faure y los jefes de filas del Partido Socialista, una invitación en la que el mandatario no ha incluido el resto de partidos del Nuevo Frente Popular, hecho que no ha gustado a los socios de los socialistas. El diputado Eric Coquerel, de La Francia Insumisa, ha afirmado que Macron ha demostrado que no busca "una gran coalición para un gobierno de interés nacional", sino desunir a la izquierda y sacarse así un "obstáculo" en el camino. "Los que se disponen a ayudar al macronismo a sobrevivir no lo pueden ignorar", ha advertido a la red social X.

Macron ha abierto una ronda de contactos que tiene como principales protagonistas a los miembros de la coalición Juntos por la República, de la que forman parte el partido del presidente y Los Republicanos, abanderados de la centroderecha clásica. A estas alturas, no está claro cuando se conocerá el nombre de la persona que sustituirá a Michel Barnier como jefe del gobierno francés. Macron se ha limitado a decir que será cuestión de "días", no semanas. Así lo ha expuesto este jueves en un discurso a la nación en horario de máxima audiencia que congregó a 17,5 millones de espectadores, más del 76% de los que en aquel momento estaban viendo la televisión.

Macron agradeció el trabajo de Barnier

Durante el discurso, el presidente francés agradeció la "dedicación" y la "pugnacidad" de Michel Barnier durante su mandato de nada más tres meses, el gobierno más efímero de la quinta república. Macron defendió la elección de Barnier, a quien describió como un hombre "con experiencia, que podría haber unido la mayoría más amplia de todos los grupos, de la izquierda a la derecha". Sin embargo, el nombramiento de Barnier fue polémico desde el inicio, especialmente entre los miembros del Nuevo Frente Popular, que consideraron la propuesta un menosprecio a su espacio político, que fue la primera fuerza en las elecciones.