El Tribunal Supremo de los Estados Unidos ha decidido este viernes que acusar a los asaltantes en el Capitolio del 6 de enero de 2021 de obstrucción a la justicia fue inapropiado y que el Departamento de Justicia se sobrepasó. Por 6 votos en 3, el máximo tribunal del país determinó que la fiscalía se excedió al acusar de este delito al menos a 350 personas que se amotinaron y tomaron por la fuerza la sede del Congreso y el Senado de los EE.UU., azuzados por las mentiras sobre un supuesto fraude electoral del entonces presidente republicano en funciones, Donald Trump, después de perder los comicios contra Joe Biden. La decisión implica ahora que los tribunales inferiores aplicarán ahora este estándar y probablemente desestimarán los cargos contra muchos acusados; incluido Trump, que también está imputado por su papel en estos hechos.
Este 6 de enero, unas 10.000 personas, la mayoría seguidores del expresidente republicano Donald Trump (2017-2021), marcharon hacia el Capitolio y unas 800 irrumpieron en el edificio mientras se estaba certificando la victoria de Joe Biden. Hubo cinco muertos y cerca de 140 agentes de policía heridos. Desde entonces, más de 1.000 personas han sido arrestadas prácticamente en los 50 estados del país por delitos relacionados con el ataque y más de 350 han sido imputadas por asalto u obstaculización del cumplimiento de la ley, según datos del Departamento de Justicia.
El Tribunal Supremo ha determinado este viernes que se podrían presentar cargos contra los alborotadores sublevados si los fiscales pueden demostrar que intentaban no solos entrar en el edificio a la fuerza, sino también impedir la llegada de los certificados que confirmaban los resultados de la elección o propiciar la destrucción de documentos para evitar el normal funcionamiento del procedimiento oficial. El presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, ha redactado la opinión de la mayoría de los magistrados, a la cual se ha adherido la jueza liberal Ketanji Brown Jackson. La jueza Amy Coney Barrett (conservadora), por su parte, ha presentado una opinión disidente a la cual se sumaron las juezas Sonia Sotomayor y Elena Kagan.
En este sentido, la opinión de la mayoría de jueces es que la acusación de obstrucción sería un precedente peligroso para que la Fiscalía pueda perseguir cualquier protesta. "La teoría del Gobierno también criminalizaría una amplia franja de conductas prosaicas, exponiendo a activistas y grupos de presión a décadas de prisión", dice la sentencia. "La interpretación del Gobierno daría a los fiscales amplia discreción para buscar una sentencia máxima de 20 años por actos que el Congreso consideró oportuno castigar con penas mucho más cortas", añade.
De esta forma, Donald Trump, inmerso en la campaña electoral para los comicios de noviembre, podría esquivar dos de los cuatro cargos que se lo imputan por su papel tras el asalto al Capitolio, como instigador de los movimientos ultraderechistas y conspiranoicos que protagonizaron la sublevación. En concreto, Trump está acusado de conspiración para defraudar al Gobierno de los EE.UU., conspiración para violar derechos civiles, conspiración para obstruir un procedimiento oficial y obstrucción de un procedimiento oficial. Aplicándose la doctrina que marca el Supremo, el exmandatario quedaría libre de estos dos últimos.
Trump reclama la libertad de los "rehenes" a raíz de la decisión del TS
Precisamente, después de esta decisión del TS americano, Donald Trump ha pedido este viernes la excarcelación de todos los asaltantes del Capitolio y la suspensión de todos los procedimientos en curso. Durante un mitin a *Chesapeake, a Virgínia, el exmandatario ha descrito los encarcelados como "rehenes" y ha exigido su puesta en libertad inmediata. "Hemos esperado esta decisión desde hace mucho tiempo", ha añadido el republicano, para quien el dictamen del Supremo "ha sido una gran respuesta y una cosa muy buena para toda la gente a la cual han tratado de manera tan horrible". Hace meses que Trump promete que hará todo el posible para anular los procedimientos por el asalto si vuelve en noviembre a la Casa Blanca.