Los talibanes han ordenado cerrar todos los salones de belleza y peluquerías para mujeres de Afganistán de aquí a agosto. Lo ha anunciado este martes el portavoz del Ministerio para la Prevención del Vicio y la Propagación de la Virtud del gobierno afgano, Mohammad Sadiq AKif, por orden directa del líder supremo talibán, el emir Haibatullah Akhundzada. Mujeres y activistas afganas denuncian que es una forma de limitar uno de los pocos espacios de socialización que les quedaba fuera del hogar. Desde que los fundamentalistas islámicos tomaron el poder por la fuerza en 2021, las mujeres han sufrido una progresiva limitación de derechos, aunque en un primer momento los talibanes prometieron moderación en las medidas hacia la mujer.

No hay una cifra concreta de cuántas peluquerías y salones de belleza hay en todo el país de Oriente Próximo, pero los medios afganos que han avanzado la noticia, como el Hasht-E Subh Daily, han publicado una estimación de entre 1.000 y 2.000 locales. Negocios que tendrán las licencias revocadas a partir del próximo 25 de julio. La medida anunciada por el gobierno talibán no es nueva, ya que los salones de belleza ya estuvieron prohibidos en Afganistán con el último gobierno islamista radical, entre 1998 y 2001, y se recuperaron a partir de la expulsión de los talibanes a finales del 2001 con la intervención de los Estados Unidos. El gobierno talibán ha afirmado que dará explicaciones del porqué de la medida una vez cierren todos los locales.

Último espacio de socialización

Esta es una más de las numerosas medidas que el gobierno talibán ha tomado con la intención de limitar los derechos de las mujeres en Afganistán, después de que los fundamentalistas islámicos tomasen el poder del país en agosto de 2021 y constituyesen un régimen dictatorial teocrático que sustituyó por la fuerza armada al antiguo gobierno, que tenía el apoyo de Estados Unidos. Durante los últimos dos años, los talibanes han prohibido el acceso a las mujeres a la educación secundaria o a acceder a la Universidad, así como a acceder a muchos espacios públicos como piscinas, parques o gimnasios. Las mujeres afganas tampoco pueden viajar sin el acompañamiento de un familiar masculino, tienen limitado su derecho al trabajo y cuando salen a la calle tienen que ir completamente tapadas.

Es por eso que muchas mujeres afganas denuncian que el cierre de las peluquerías y salones de belleza supone destruir uno de los pocos espacios de socialización que quedaba para las mujeres al país fuera del espacio familiar. Según ha explicado una residente de Kabul, Sahar, en la agencia Reuters, "los parques no están permitidos para las mujeres, en que era un buen lugar para encontrarnos con las amigas. Ir nos sirve de excusa para vernos y conocer a otras mujeres para hablar de nuestras cosas". La mujer afgana lamenta que "eso tendrá mucho impacto para nosotros y las mujeres de todo Afganistán". Por su parte, el activista de la Coalición del Movimiento de Mujeres Afganas que Protestan Laila Basim ha lamentado también en declaraciones en El País que cada una de las más de un millar de peluquerías femeninas que hay por todo el país, da trabajo a entre cinco y seis mujeres, que ahora se quedarán sin ese sustento.