Pocos días antes del aniversario|cumpleaños de la toma|presa del poder por parte de los talibanes en Afganistán, un grupo de mujeres afganas han salido a las calles a manifestarse para reclamar los derechos que han perdido a manos de los extremistas religiosos que ahora gobiernan el país. "Protestamos hoy para elevar nuestras voces contra los talibanes, pero después de que llegáramos empezaron a abrir fuego para separar los miembros de la manifestación y ahora estamos escondidas en una farmacia", ha afirmado una activista en unos mensajes en las redes que ha recogido Efe. Las manifestantes se habían congregado ante el Ministerio de Educación en la capital afgana y su marcha ha sido dispersada por los talibanes, los que han abierto fuego para detener la manifestación.
En varios vídeos de los presentes en la manifestación se puede ver la misma escena desde diferentes ángulos. Un grupo de mujeres se marchan por las calles de Kabul, llevan pancartas y claman para recuperar sus derechos en la nueva sociedad afgana que fuerzan los talibanes, los mismos que, al aparecer en escena, apuntan sus rifles en el aire y empiezan a dispersar tiros. No se dispara uno o dos tiros, por dispersa a las manifestantes e imbuir miedo, los talibanes presentes descargan las armas y apuntan con más o menos maña en el cielo.
Ciudadanas sin derechos
La llegada al poder de los talibanes el 15 de agosto pasado supuso un retroceso en materia de derechos para las mujeres, a las cuales se les han impuesto una plétora de limitaciones. Los talibanes habían prometido reabrir las escuelas para las jóvenes de entre 12 y 18 años en Afganistán tan pronto como se "adaptaran" los contenidos a la ley islámica o sharia. Como ya se alertó en su momento, esta promesa ha acabado siendo papel mojado. La educación no es el único ámbito en que las mujeres han perdido derechos bajo el gobierno extremista religioso de Afganistán. Los talibanes también han limitado hasta el extremo el acceso al trabajo de las mujeres del país.
Desde que los talibanes llegaron al poder hace casi un año, mujeres afganas han salido a las calles esporádicamente para protestar contra la prohibición de acceder al trabajo y el cierre de la educación secundaria femenina. Estas manifestaciones no cuentan con la aprobación de los talibanes, que en el pasado han detenido y agredido manifestantes, así como periodistas para cubrirlas.
La situación de las mujeres preocupa a la comunidad internacional, pero desde el gobierno talibán se sacuden las culpas y afirman que las preocupaciones "infundadas". A pesar de ser teóricamente infundadas, a finales de mayo el Ministerio de Exteriores ha señalado que las restricciones impuestas a las mujeres y las niñas están "de acuerdo con las prácticas religiosas y culturales de la sociedad" de mayoría musulmana. Es decir, aquello que prometieron que no harían antes de que las cámaras de los reporteros internacionales se apagaran y se marcharan del país a la llegada de los talibanes al poder.