Los talibanes no han conseguido evitar que hoy tuviera lugar un segundo día de protestas contra el nuevo régimen. Los manifestantes afganos han desafiado a los talibanes por segundo día este jueves, ondeando la antigua bandera nacional en manifestaciones dispersas. Los han replicado con violencia enfrentándose a lo que la agencia Associated Press define como desafíos crecientes al gobierno.
Una procesión de coches y personas cerca del aeropuerto de Kabul ha protestado con pancartas negras, rojas y verdes en honor de la bandera afgana, una pancarta que se está convirtiendo en un símbolo de desafío. En otra protesta en la provincia de Nangarhar, las imágenes de vídeo publicadas han mostrado a un manifestante sangrando con una herida de tiros. Los manifestantes también han salido a la calle en la provincia de Kunar, segun testigos y vídeos de las redes sociales.
Por su parte, en la provincia de Khost, las autoridades talibanas han decretado un toque de queda 24 horas después de sofocar con violencia otra protesta, según la información obtenida por periodistas que supervisaban desde el extranjero.
Además figuras de la oposición reunidas en el Panjshir, la última zona del país que no está bajo el dominio de los talibanes, han hablado de lanzar una resistencia armada bajo la bandera de la Alianza del Norte, que se alió con EE.UU. durante la invasión del 2001. El hijo de carismático comandante afgano Ahmad Sha Massud, alias el 'León de Panjshir', asesinado en 2001 por Al Qaeda, ha pedido a Estados Unidos apoyo con armas y municiones para su milicia para resistir a los talibanes.
"Escribo desde el valle de Panjshir hoy, a punto para seguir los pasos de mi padre, con combatientes muyahidines preparados para luchar nuevamente contra los talibanes," escribe Ahmad Massud. Su padre, Ahmed Sha Massud lideró la mayor resistencia contra los talibanes desde su feudo en el valle al nordeste de Kabul hasta su asesinato en 2001.
Muy conocido por sus defensas naturales, el reducto escondido entre las montañas del Hindu Kush nunca fue sometido por los talibanes durante la guerra civil en la década de los 90, ni conquistado por los soviéticos una década antes, y ahora es el último bastión de resistencia en Afganistán.