Más promesas de los talibanes a las jóvenes estudiantes. El nuevo ministro de Educación de Afganistán, el talibán Habibullah Agha, ha asegurado que "pronto" reabrirán los institutos para las chicas, en tan pronto como tengan listo "un mecanismo especial" para ellas. "No planificaremos (su retorno) sin un mecanismo, cómo hizo al Gobierno anterior, permitiendo a los chicos y chicas estar juntos (en las aulas). El sistema islámico no lo permite", ha afirmado durante uno de sus discursos en Bamiyan. Lamentablemente, no se trata de la primera promesa como esta por parte del régimen talibán, y que de momento ha quedado sin cumplir mientras avanzan los esfuerzos por recibir reconocimiento internacional. Con todo, las mujeres afganas no han dejado de salir a la calle para reivindicar su derecho a la educación, un fundamento de los derechos humanos del cual los talibanes las han privado durante más de un año.

Ya estudiaban por separado

El director de Cultura e Información de Bamiyan, Saifuddin Mohammadi, ha confirmado a Efe las promesas hechas por el titular de Educación, dando "esperanzas a las estudiantes que las escuelas (de secundaria) se reabrirán pronto, cuando se atiendan los problemas existentes en el sector". A las estudiantes en la provincia, sin embargo, todo eso les parecen "excusas", un argumento que llevan repitiendo desde su llegada al poder en agosto de 2021, cuando en realidad siempre hubo segregación por sexos en las aulas. "Son solo excusas", si se preocuparan realmente por la educación femenina lo habrían resuelto durante el último año, lamenta una joven. "Tampoco estudiábamos juntos en el anterior gobierno, lo hacíamos en diferentes colegios y, si era lo mismo, en horarios diferentes", subraya.

Restricciones a los derechos de la mujer

Desde su llegada al poder ahora hace más de un año, los talibanes han impuesto sucesivas restricciones a las mujeres en un retroceso constante de sus derechos, como la segregación por sexos en lugares públicos, la imposición del burka o la obligación de ir acompañadas de un familiar masculino en trayectos largos. Aunque prometieron que habían cambiado, los talibanes han repetido el comportamiento de su anterior régimen entre 1996 y 2001, cuando sobre la base de una rígida interpretación del islam y su estricto código social, conocido como pastunwali, prohibieron la asistencia femenina a las escuelas y recluyeron a las mujeres en el hogar.