Ciudad de México es uno de los centros tauromáquicos más importantes del mundo, donde se ubica la mayor plaza de toros que existe, la Plaza de toros Monumental, conocida como la Plaza México, que ha llegado a reunir hasta 48.000 aficionados. Este icono de la tauromaquia, sin embargo, no volverá a acoger corridas de toros tradicionales, en las que se mata y se hiere al toro, gracias a una ley que el martes aprobó el Congreso de Ciudad de México. La legislación, que fue aprobada con 61 votos a favor y 1 en contra, establece la prohibición de hacer daño o matar a los toros por entretenimiento, tanto dentro como fuera de las plazas.

La ley introduce el concepto de "tauromaquia sin violencia" e incluye, entre otras medidas, la prohibición del uso de objetos punzantes que puedan herir a los animales, como banderillas, espadas o lanzas. También limita el tiempo que un toro puede permanecer en la arena a 10 minutos, con un límite de seis ejemplares por acontecimiento. También obliga a proteger los cuernos del toro para evitar heridas a otros animales o al matador, y también restringe a los toreros la utilización de otros utensilios que no sean los capotes y muletas. Todas estas medidas  buscan proteger la vida y la integridad física de los animales, antes, durante y después de las corridas, y establece que los toros o los novillos tendrán que ser devueltos a las ganaderías después del espectáculo.

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Partidarios de los derechos de los animales, en las puertas del Congreso de Ciudad de México (Europa Press)

La legislación, que ha contado con el apoyo de la presidenta del país, Claudia Sheinbaum, que calificó las corridas sin violencia como un "avance muy importante", ha enfrentado a los defensores de los derechos de los animales, partidarios de la medida, y a los aficionados taurinos y toreros, que protestaron airadamente contra la decisión e incluso intentaron romper una barricada policial ante el Congreso de Ciudad de México. Rodeados de policías antidisturbios, los animalistas celebraron la aprobación de la ley, que consideran un gran paso hacia el camino de conseguir la extinción total de estos espectáculos, mientras que el sector taurino alega que esta ley pone en peligro muchos puestos de trabajo.

Los legisladores han buscado precisamente un equilibrio entre los partidarios de los derechos de los animales y proteger su bienestar, y poder mantener las corridas y los espectáculos, aunque sin sangre, para garantizar la continuidad de la industria y que los que viven de la tauromaquia mantengan sus trabajos, entre ellos, los que vienen comer u objetos de merchandising en torno a la Plaza México. Precisamente los promotores de la plaza, alertaron en un comunicado previo a la votación,  que eliminar las corridas tradicionales supone una "clara amenaza contra una de las tradiciones culturales más arraigadas de nuestro país", y que estos cambios "desvirtúan por completo su esencia y van en contra del corazón y los principios de esta tradición".

 

El diputado Víctor Romo argumentó que la iniciativa de las corridas de toros sin sangre "alcanza la justa medida" entre los intereses de taurinos y animalistas. "No busca la desaparición de la tauromaquia, sino su evolución. Esta reforma propone la transformación de la Plaza México en un espacio donde respetamos los seres que sienten". La alcaldesa de Ciudad de México, Clara Brugada, del partido gobernante Morena, celebró "con gran alegría" el resultado de la votación y afirmó que la decisión convertiría la capital mexicana en un lugar "que respeta los derechos de los animales".

Los precedentes

Hay que recordar que no es la primera vez que se prohíben las corridas de toros en la Plaza de México. Después de una disputa legal promovida por Justicia Justa, una organización civil que defiende los derechos humanos, un juez federal prohibió en el 2022 las corridas en la mayor plaza del mundo basándose en el hecho de que las corridas violaban el derecho a un medio ambiente saludable y un entorno sano y sin violencia. La resolución del juez Jonathan Bass establecía que la suspensión "beneficia en toda a la sociedad" y que no vulneraba "el orden público" ni afectaba "al interés social".

A consecuencia del fallo judicial, la Plaza México anunció la cancelación de la Temporada Grande 2022-2023 y marcó un hito histórico en la tauromaquia mexicana. La empresa Tauro Plaza México y el Gobierno de Ciudad de México tuvieron 10 días hábiles para impugnar la decisión ante un tribunal colegiado y la Suprema Corte de Justicia acabó revocando la suspensión mientras se decidía el caso, y las corridas de toros volvieron, pero posteriormente, otra jueza federal impuso una nueva prohibición, a petición de una organización de derechos de los animales, hasta que el 2 de febrero de 2024, un Tribunal Colegiado de Ciudad de México revocó la suspensión provisional, confirmando el derecho de la empresa a continuar las actividades taurinas en la Plaza México.

 

Ahora, sin embargo, la legislación aprobada este martes supone una nueva estocada. Esta ley solo tiene una validez en Ciudad de México, pero en el país ya hay otros estados que habían adoptado medidas similares. Desde el 2013, cinco de los 31 estados de México han prohibido las carreras de toros. Sonora, por ejemplo, se convirtió en el primer estado de la República Mexicana al prohibir las corridas de toros, y en Guerrero y Coahuila también se han cancelado estos tipos de espectáculos taurinos, lo que demuestra la tendencia cada vez más creciente hacia una regulación más estricta que pueda proteger los derechos de los animales y el medio ambiente.