La tensión entre China y Taiwán aumenta. El presidente chino, Xi Jinping, y su homóloga taiwanesa, Tsai Ing-wen, han aprovechado actos conmemorativos de este fin de semana para insistir en sus posiciones opuestas sobre el plan de Pekín para la "reunificación" de la república popular y la isla.

Los chinos consideran que Taiwán es una provincia rebelde y hace décadas que reclaman su soberanía. Por su parte, la isla se gobierna de manera autónoma desde que los nacionalistas del Kuomintang se replegaron el año 1949 después de perder la guerra civil contra los comunistas. Desde entonces, son muchos los taiwaneses que reclaman declarar su independencia como Estado soberano, sobre todo desde los años noventa. Actualmente, el nombre oficial de la isla sigue siendo el de la República Popular China.

Discurso antiindependentista

El ascenso al poder de Tsai el año 2016 no gustó mucho en Pekín, que ha endurecido su retórica antiindependentista. Todo hasta el punto que este sábado el presidente Xi afirmó que los que "traicionen a la madre patria y busquen dividir el país serán despreciados por el pueblo y condenados por la historia". De hecho, aseguró que los independentistas isleños son un "grave peligro" y "el obstáculo mayor" para la reunificación de ambos territorios. "La reunificación completa puede alcanzarse y se alcanzará", añadió.

El endurecimiento del discurso pequinés es relativo, ya que esta vez Xi ha insistido en la idea de una "reunificación pacífica". Hasta ahora, el presidente chino se había negado explícitamente a renunciar al uso de la fuerza para alcanzar su objetivo. En esta ocasión, sin embargo, ha hecho un llamamiento a los "compatriotas" isleños para que se sitúen "en el lado correcto de la historia" y les ha ofrecido incorporarse a la fórmula "un país, dos sistemas."

Un país, dos sistemas

"Un país, dos sistemas" es el modelo que ya se aplica tanto a Hong Kong como a Macao desde el final de la época colonial (1997 y 1999, respectivamente). Es una fórmula que supone la pertenencia a la república popular, pero con autonomía en diferentes áreas como la económica o la fronteriza. Un modelo que no acaba de seducir a las autoridades taiwanesas.

En su discurso de este domingo, Tsai ha criticado la deriva política de Pekín durante los últimos años y su control cada vez más duro sobre Hong Kong, especialmente después de las protestas de 2019. "Después de tomar el control completo de Hong Kong y reprimir a los activistas prodemocráticos, las autoridades de Pekín también se han alejado del camino del desarrollo político y económico que empezó hace décadas", ha denunciado.

El presidente chino, Xi Jinping, habla de la reunificación con Taiwán durante un acto conmemorativo de este fin de semana / Efe

La presidenta ha afirmado que la fórmula "un país, dos sistemas" que proponen las autoridades pequinesas "no ofrece ni un estilo de vida libre y democrático para Taiwán ni soberanía para sus 23 millones de habitantes". "Nadie puede obligar a Taiwán a tomar el camino que China ha escogido", ha añadido para reclamar un "diálogo basado en la igualdad" y el mantenimiento del statu quo para reparar los vínculos con Pekín.

Sin embargo, ha reconocido que la isla "se encuentra en la situación más compleja y variable" desde el mencionado repliegue del Kuomintang el año 1949 (hace 72 años). Y es que en los últimos días las fuerzas aéreas chinas han llevado a cabo incursiones récord en la zona de identificación aérea de la isla, en unas maniobras que la prensa de la república popular han tildado "de advertencia" a los independentistas y a las "fuerzas extranjeras que les dan apoyo".

Impacto internacional

Pero Tsai ha dado la vuelta a esta amenaza y ha celebrado que "cada vez más amigos democráticos están dispuestos a alzarse a favor" de Taipéi, la capital taiwanesa. "En Washington (EE. UU.), Tokio (Japón), Canberra (Australia) y Bruselas (UE), Taiwán ya no está al margen", ha señalado.

Precisamente, el papel de los Estados Unidos es clave. En Washington están comprometidos por ley desde 1979 a ayudar en la defensa de la isla y a suministrar equipamiento bélico, un compromiso que ha generado muchas fricciones entre Pekín y el país americano. A pesar de todo eso, durante los últimos días Pekín y Washington han ofrecido muestras de estar dispuestos a aliviar las tensiones: el presidente Joe Biden y el presidente Xi han acordado respetar el acuerdo sobre Taiwán, sin dar más detalles.

 

Imagen principal: Militares chinos desfilan en Pekín durante el acto conmemorativo de este fin de semana / Efe