Teodoro Nguema Obiang Mangue, hijo del dictador de Guinea Ecuatorial y vicepresidente segundo del país, ha sido condenado in absentia por el Tribunal Correccional de París a una pena de 3 años de prisión en suspensión y a una multa de 30.000.000 de euros, también en suspensión, por haber blanqueado dinero en Francia. No tendrá que ingresar en prisión ni pagar la multa si no reincide. La pena contempla también que los bienes confiscados por el Estado francés a Teodorín no le sean devueltos. El hecho de que la pena esté suspendida permite que lo que se supone heredero a la presidencia de la república africana pueda continuar con su vida normal. Aunque esto afecta gravemente a su imagen internacional, no se cree que su carrera política se vea perjudicada porque es el favorito de su padre.
La sentencia
A Teodorín se le considera culpable de haber gastado en Francia 150 millones de euros procedentes del erario público de Guinea Ecuatorial. Esta cantidad la habría obtenido mediante los ingresos procedentes del petróleo y de las concesiones forestales. El vicepresidente habría invertido este dinero en una gran casa de lujo en laAvenue Folch de París, y también en obras de arte, coches de lujo y todo tipo de caprichos. Esta sentencia se dicta tras 10 años de litigio, en base a una denuncia de las ONGs Sherpa International y Transparency International, y se enmarca dentro del proceso llamado "de los bienes mal adquiridos", que afecta también a las familias de los presidentes de Gabón y Congo Brazzaville. Teodorín tendrá que indemnizar a las organizaciones denunciantes con 10.000 euros.
Persecución en el exterior
Este caso judicial se suma a uno similar que afectó a los bienes de Teodorín en Estados Unidos (y especialmente a su casa de lujo en Malibú). En aquel caso Teodorín confesó su culpabilidad y aceptó que sus bienes fueran vendidos y destinados a obras sociales en Guinea Ecuatorial a cambio de no ser perseguido penalmente. La familia Obiang también ha sido perseguida en España. Un juez de Canarias investiga la familia Kokorev, que presuntamente se dedicaba a blanquear dinero para el dictador y sus próximos. Queda en la prisión Vladimir Kokorev, un ciudadano ruso supuesto cerebro de la red, pero su mujer y su hijo han sido liberados tras pasar dos años en la prisión, porque todavía no se ha completado la instrucción del sumario.
Pocos problemas
El juicio de París era el principal quebradero de cabeza de Teodorín. La justicia francesa había decretado, durante algún tiempo, una orden de búsqueda y captura internacional contra él, y eso lo obligó a vivir recluío en Guinea o a viajar sólo a países aliados. Desde que se levantó la suspensión del orden, Teodorín ha continuado con su vida de lujos. Su defensa alega que recurrirá la sentencia. Además, Guinea Ecuatorial ha interpuesto una querella contra Francia, en el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya, en la que acusa al país europeo de inmiscuirse en un asunto interno. La justicia francesa alega que no cuestiona la actividad de Teodorín en su país, sino la inversión realizada en Francia.