Dos tiroteos se han producido este martes en el distrito de Forest, en el sur de Bruselas, durante una operación antiterrorista relacionada con los atentados del 13-N en París. En los hechos han resultado heridos de bala tres policías y el autor o autores han conseguido huir, según ha informado la Fiscalía federal y la policía.
"Los agentes han llamado a la puerta del apartamento, han disparado varios tiros desde el interior en dirección hacia ellos. Varios policías han resultado heridos ligeramente", según el portavoz de la Fiscalía federal, Eric Van Der Sypt. Los dos tiroteos se han producido en una zona próxima a la factoría de Audi en Bruselas, y según un testigo presencial, se han disparado unos treinta tiros, informa el diario flamenco a De Redactie en su web.
La Policía de la zona del barrio contiguo del Midi, responsable de los distritos de Forest, Anderlech y Sant-Gilles, ha señalado que el o los responsables de los tiros contra los agentes han conseguido huir. De momento se desconoce el tipo de arma utilizado, y otros detalles del suceso o del registro antiterrorista efectuado.
Dos posibles huidos
Según el diario La Dernière Heure, dos personas habrían huido después del tiroteo por el tejado de las viviendas, si bien este extremo no ha sido confirmado por la Policía de Midi.
Por su parte, el ministro francés del Interior, Bernard Cazeneuve, indicó que en la operación han participado de manera conjunta las policías francesa y belga. "Un equipo de policías belgas y franceses han intervenido y han sido objeto de tiros con armas pesadas", ha dicho el ministro en una comparecencia ante los medios de comunicación en Costa de Marfil, país que visita.
Las autoridades belgas han procedido a acordonar parte del barrio de Forest y un helicóptero sobrevuela la zona. Los servicios de dos de los tranvías que circulan por el barrio han sido suspendidos durante la acción policial, ya que atraviesan la zona acordonada por la policía.
El alcalde de Forest, Marc-Jean Ghyssels, ha dicho que hay dos escuelas y dos jardines de infancia en el perímetro acordonado, y que los niños están en el interior de los establecimientos y que no hay motivos para preocuparse. Los centros están cerrados y vigilados por la policía, mientras que los padres de los menores esperan en otra escuela próxima para recogerlos.