El ataque histórico contra Hizbulá en el Líbano este martes eleva la tensión en la guerra en la Franja de Gaza. El 7 de octubre de 2023, un ataque aéreo y terrestre de los milicianos de Hamás desvinculó la reacción del ejército de Israel y ha abierto un nuevo capítulo de una guerra que se arrastra desde hace décadas. Las consecuencias de esta guerra se manifiestan también en la frontera entre Líbano e Israel, donde tiene su base Hizbulá. Este movimiento islamista, que cuenta con el apoyo de Irán, cuenta con una de las fuerzas paramilitares más poderosas del medio oriente. Así pues, se podría convertir en un actor comodín a la guerra entre Israel y Palestina y desencadenar un conflicto todavía mayor. Uno de los grandes enemigos de Israel es Hizbulá.
El origen de Hizbulá
Hizbulá —nombre que significa partido de Dios— es una organización musulmana libanesa de corriente chií que tiene su base en la frontera entre Israel y el Líbano y que dispone de una de las fuerzas paramilitares más poderosas de Oriente Medio. Su ubicación geográfica como la orientación antiimperialista, antisionista, nacionalista árabe y con férrea oposición a la influencia de Occidente (y, sobre todo, de los Estados Unidos) en el mundo árabe lo convierten en un posible actor comodín en la guerra entre Hamás e Israel.
Desde 1992, el grupo es dirigido por Hassan Nasrallah y actualmente es la fuerza militar más poderosa de la nación árabe. El grupo también ha ganado gradualmente influencia en el sistema político de Líbano y tiene poder de veto en el gabinete. Los orígenes del grupo son difíciles de definir, aunque sus precursores surgieron después de que Israel invadiera una parte del sur de Líbano en 1982 como resultado de una serie de ataques de militantes palestinos contra Israel en territorio libanés. Incluye Beirut, donde las fuerzas israelíes, con milicias cristianas libanesas de derecha aliadas de Israel, asediaron la parte occidental de la capital para expulsar a los militantes palestinos. La operación se cerró con más de 17.000 muertos, una investigación responsabilizó indirectamente en Israel de la masacre. Ante este panorama, miles de combatientes abandonaron el Líbano, mientras que un bando de combatientes islamistas chiíes irrumpió al panorama político libanés. En 1983, dos terroristas suicidas, atacaron un ama de llaves de la Marina estadounidense en Beirut y mataron a 300 soldados americanos y franceses, y algunos civiles. Solo 1 año más tarde, combatientes vinculados a Irán bombardearon la embajada estadounidense en Beirut, matando a 23 personas.
En 1985 los combatientes de ambos bandos se unieron a una organización común: Hizbulá. La organización hizo oficial su fundación con una carta abierta en la cual identificaba los Estados Unidos y la Unión Soviética como "a principales enemigos del Islam". En este escrito también planteaban la destrucción de Israel, "es el enemigo odiado contra quien tenemos que luchar hasta que los odiados obtengan lo que merecen", reza el texto.
Fundaciones "terroristas"
Desde su fundación, Hizbulá ha sido acusada de perpetrar una serie de atentados contra objetivos judíos e israelíes. Además, está declarada como organización terrorista por los Estados Unidos, Israel y otros países de la Liga Árabe. También está incluida a lista de organizaciones terroristas declaradas por la Unión Europa (UE).
Hizbulá empezó a ejercer un papel activo a la política libanesa, tanto es así, que en 1992 participó por primera vez en las elecciones nacionales obteniendo más escaños que cualquier otro partido. Unos resultados que obligaron en el Estado libanés tuvo que reconocer su legitimidad como a fuerza de la resistencia armada contra la ocupación israelí del sur del Líbano. Actualmente, ocupa 15 de los 128 escaños del Parlamento libanés. Además, también ha participado en la guerra de Siria al lado de las fuerzas de En el Asad y en el 2015 envío combatientes en Siria para hacer frente al Estado Islámico.
La fuerza de Hizbulá
El líder de Hizbulá aseguró en 2021 que el grupo contaba con 100.000 combatientes, aunque otras informaciones apuntan que son entre 20.000 y 50.000. Además, se calcula que en su poder tienen entre 120.000 y 200.000 cohetes y misiles, según el Centro Internacional de Estudios Estratégicos e Internacionales. La mayoría de este arsenal son pequeños cohetes de artillería no guiados. También se sospecha que disponen de misiles antiaéreos y antibarco, así como de misiles guiados capaces de conseguir el interior de Israel. De confirmarse todo este armamento, es mucho más sofisticado que el que tiene Hamás en la Franja de Gaza.
Con respecto a su financiación, según el Departamento de Estado de los Estados Unidos, Irán proporciona a Hizbulá "la mayor parte" de su financiación, además de entrenamiento, armas y explosivos. Según denuncia Washington, Teheran facilita "ayuda política, diplomática, monetaria y organizativa". Además, tanto las agencias antidrogas de los EE.UU. como las europeas acusan a Hizbulá de beneficiarse del tráfico de drogas.
El papel de Hizbulá a la guerra en Gaza
El papel de Hizbulá a la guerra entre Hamás e Israel está siendo intermitente, con intercambio de ataques con Israel. A pesar de que, su objetivo igual que el de Hamás es "destruir el estado judío" está en inferioridad militar ante Israel, ya que el país cuenta con el ejército más sofisticado de Oriente Medio y con algunas de las armas más avanzadas del mundo, además del apoyo de Estados Unidos. El último ataque contra Hizbulá ha sido la explosión de centenares de aparatos buscapersonas, que ha provocado la muerte de al menos 9 personas y ha dejado miles de heridos.
La entrada oficial de Hizbulá al conflicto podría tener graves consecuencias para Israel, ya que podría abrir un tercer frente en los Altos del Golán ocupados por Israel, que separa en este país de las fuerzas alineadas con Irán, incluido el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, un ala de élite del ejército iraní. Desde el inicio de la guerra en Gaza, Hizbulá ha lanzado cohetes contra el norte de Israel y posiciones israelíes en los Altos del Golán, ha disparado misiles antitanques contra vehículos blindados y ha atacado objetivos militares con drones explosivos. Por su parte, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han respondido con ataques aéreos y fuego de tanques y artillería contra posiciones de Hizbulá en Líbano.