Baño de masas de Donald Trump entre los suyos este domingo en Dallas, Texas. La Asociación Nacional del Rifle (NRA), el influyente lobby armamentístico de los Estados Unidos, ha dado apoyo formal a la candidatura del expresidente y presumiblemente candidato de nuevo del Partido Republicano a las elecciones presidenciales de noviembre. Durante la convención anual de la NRA, Trump ha ofrecido un vivo discurso ante la multitud que ha asistido al acto, en el cual el exmandatario estadounidense ha hecho una encarnizada defensa del derecho a llevar armas de fuego, contemplado en la Segunda Enmienda de la Constitución americana, y ha asegurado que este derecho está en peligro si se da una nueva victoria del Partido Demócrata, generalmente proclive a una regulación más estricta de las armas.
En este sentido, Trump ha hecho un llamamiento a los amantes de las armas que se reúnen cada año a la convención de la NRA a que vayan en las urnas en noviembre a defender sus posturas a través del voto a la candidatura republicana. "La supervivencia de nuestra Segunda Enmienda está sin duda en juego en las elecciones. Quieren destruir nuestro país. La Segunda Enmienda está bajo asedio, pero conmigo no lo conseguirán. Necesitamos esta Segunda Enmienda, para nuestra seguridad, para cazar y para todas estas cosas. Porque los malos no dejarán las armas", ha argumentado el expresidente.
"Tenemos que conseguir que voten aquellos que tienen armas. No sé por qué, pero por alguna razón no suelen votar. Quizás es alguna forma de rebelión porque son gente rebelde. Sin embargo, seamos rebeldes y votemos esta vez", ha pedido Trump, quien será proclamado oficialmente como candidato del Partido Republicano en la convención del partido en julio, clamando en contra del abstencionismo. Además, durante su intervención Trump arremetió con dureza contra el presidente estadounidense, el demócrata Joe Biden, con quien volverá a medirse a noviembre y con posturas más restrictivas hacia las armas, especialmente los rifles de asalto que tantas matanzas en las escuelas protagonizan año tras año, así como contra Robert F. Kennedy Jr., hijo de Bobby Kennedy y candidato independiente que podría restar votos a los otros candidatos, a quien Trump ha calificado de "desastre" y contrario a la NRA.
La NRA, uno de los grupos de presión más poderosos del país, ha dado apoyo a la candidatura de Trump, a quien ya ayudó con 30 millones de dólares durante los comicios del 2016, en los que ganó. El lobby armamentístico ha alabado muchas de las medidas que impulsó el mandatario republicano durante su presidencia, como el nombramiento de tres jueces conservadores para el Tribunal Supremo o la designación de las tiendas de armas como negocios esenciales durante la pandemia.
Ante un Biden más restrictivo con las armas
En contraste a las posturas pro armas de Trump, Biden impulsó que en 2022 se aprobara en el Congreso, con el apoyo de demócratas y republicanos, la ley de control de armas más importante de las últimas décadas, así como ha prometido que intentará prohibir los rifles de asalto si consigue una victoria en los comicios. Antes de que Trump pronunciara su discurso, la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, quien abandera los esfuerzos del Ejecutivo para acabar con la violencia armada, emitió un duro comunicado en contra. Harris recordó unas declaraciones que hizo Trump este año después de un tiroteo en una escuela de Iowa. Entonces, el expresidente dijo que se trataba de un incidente "muy terrible", pero después aseguró que hacía falta "superar" los tiroteos y "mirar hacia adelante".
"Biden y yo nos hemos sentado con familias que guardan luto, y la idea de decirles que lo superen es inaceptable. Joe Biden y yo estamos trabajando juntos para encontrar soluciones de sentido común a esta epidemia nacional, porque creemos que los estadounidenses tienen derecho a vivir libres del horror de la violencia armada", ha afirmado Harris. Ante las matanzas en escuelas y centros comerciales que se dan periódicamente en los EE.UU., la postura de Trump ha sido siempre atribuirlos a un problema de "salud mental" de los asesinos, descartando poner el foco sobre las armas, y argumentar que la mejor forma de hacer frente "a los malos" es que haya uno "de los buenos" también armado para defender a la gente.