La lista de amenazas de Trump sigue creciendo. El presidente de los Estados Unidos ha avisado este viernes de que podría imponer nuevas sanciones "a gran escala" contra Rusia para forzar las negociaciones directas con Kyiv que deriven en un acuerdo de alto el fuego. El republicano ha explicado a través de Truth Social que está considerando esta opción porque el Kremlin "está golpeando a Ucrania en el campo de batalla" y sería una manera de llegar a un "acuerdo final de paz", con mayúsculas. Trump ha hablado de sanciones en general y de "sanciones bancarias", así como de aranceles. El magnate ha instado a Putin y Zelenski a "sentarse a la mesa ahora mismo, antes de que sea demasiado tarde."

La advertencia de Trump al Kremlin llega días antes de que una delegación de la Casa Blanca viaje hasta Arabia Saudí para reunirse con funcionarios ucranianos y trazar un camino para poner fin a la guerra, no a la invasión de Putin, quien la tildó en el momento del inicio de las hostilidades como una "operación militar especial". Este encuentro se celebrará después de que rusos y estadounidenses se vieran las caras en Riad para discutir el mismo tema, en enero. Es la primera vez que el magnate amenaza a Rusia desde la crispada reunión que mantuvo con Zelenski en el despacho oval, una bronca que preocupó a muchos porque podía suponer el abandono de Estados Unidos a Ucrania. De hecho, la administración republicana ha suspendido la ayuda militar y el intercambio de inteligencia con Kyiv en los últimos días.
El Kremlin sigue bajo las sanciones impuestas durante el mandato del demócrata Joe Biden. Desde el inicio de la invasión, el expresidente castigó al sector energético, también a su Defensa y varios otros aspectos de la economía rusa, en un esfuerzo por limitar su financiación para la guerra. Washington prohibió las importaciones de petróleo, gas y carbón rusos, congeló los activos de diversas entidades financieras y restringió el acceso de Moscú a tecnología avanzada, incluyendo semiconductores y componentes electrónicos clave para la industria militar. Además, se sancionó a oligarcas cercanos a Putin y empresas estatales estratégicas, en un intento de presionar al Kremlin y debilitar su capacidad militar.
El gabinete de Trump mantiene que las sanciones de Biden fueron ineficaces, especialmente en lo que se refiere al sector energético ruso. "Un factor importante que ha permitido la financiación continua de la máquina de guerra rusa fueron las sanciones muy débiles de la administración de Biden a la energía rusa", dijo el jueves Scott Bessent, secretario del Tesoro de Estados Unidos. El republicano sugirió que el gobierno demócrata se había quedado corto a la hora de imponer sanciones más severas debido a "las preocupaciones por la presión al alza sobre los precios de la energía en EE.UU. durante la campaña electoral". "¿Qué sentido tuvo un apoyo militar y financiero sustancial de Estados Unidos —a Ucrania— durante los últimos tres años, sin un apoyo de sanciones proporcional y completo?", preguntó.