El conflicto abierto al Oriente Próximo impacta directamente sobre los intereses en la región de los Estados Unidos y sus elecciones. Mientras, la administración de Joe Biden trata de contener las acciones de Israel, sobre todo desde que se ha abierto un nuevo frente con Irán. Sin embargo, el candidato republicano y expresidente, Donald Trump, ha adoptado una posición mucho más beligerante y opuesta a la de su partido rival. El magnate ha afirmado que Israel tendría que atacar las instalaciones nucleares de Irán en respuesta a la última ofensiva de Teherán.
En su estilo distendido habitual, en un mitin, Trump ha hecho referencia a las declaraciones de Joe Biden, donde reconocía que Israel estudiaba atacar las instalaciones nucleares iraníes. Sin embargo, el demócrata trataba de quitarle hierro, cosa que no ha hecho el magnate. "Le preguntaron (al presidente Joe Biden) qué pensaba sobre Irán, ¿atacaría Irán? Y él respondió: 'Siempre que no ataquen el material nuclear'. ¿Eso es lo que quieren atacar, verdad?", ha narrado Trump ante su público. "Creo que se equivocó. (...) La respuesta tendría que haber sido: atacar primero el material nuclear y preocuparse por el resto después".
Por otra parte, la CNN informa de que un alto funcionario del Departamento de Estado de los Estados Unidos confirma que Israel no está dando ninguna garantía a la administración Biden sobre que apuntar a las instalaciones nucleares de Irán este fuera de la mesa. "Esperamos y esperamos ver un poco de sabiduría y fuerza, pero como sabeo, no hay garantías", ha declarado este alto funcionario al medio estadounidense.
Otro posible objetivo: la industria petrolera
Irán es una potencia petrolera, de hecho se encuentra entre los diez mayores productores del mundo, según los datos de la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP), de la que es uno de sus socios fundadores. Justamente, para ser esta gran potencia del petróleo, uno de los posibles objetivos de la represalia podrían ser las infraestructuras petroleras. Un eventual ataque israelí a instalaciones petroleras iraníes podría provocar que los precios del crudo, que hace días que están al alza, aumenten todavía más. Las consecuencias traspasarían las fronteras iraníes, ya que, por ejemplo, China es el principal comprador de este crudo.
Las instalaciones que mantienen viva la industria petrolera viva en Irán están por todo el país. En la isla de Jark, en el norte del Golfo Pérsico o en el sur, en el estrecho de Ormuz, hay algunas de las instalaciones más importantes. Aunque la mayor parte de las reservas de crudo iraní se localizan en la provincia de Juzestán, en la frontera suroeste con el Iraq, según datos de la Administración de Información Energética de los Estados Unidos.