Incertidumbre máxima en los mercados. El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, no afloja los aranceles, pero espera llegar a un acuerdo comercial con China pronto. En su opinión, el gobierno de Xi Jinping está "desesperado" para empezar negociaciones con la Casa Blanca, hecho que les hace pensar que la llamada está al caer. "Pasará", ha afirmado en un mensaje en la red social Truth Social. El jefe del ejecutivo estadounidense ha dicho también que el mandatario chino "quiere llegar a un acuerdo, pero no sabe cómo empezar a negociarlo".
La amenaza de Trump
Las palabras de Trump llegan después de que el gobierno de Pekín insistiera en que no retrocedería ante la amenaza del republicano de imponer al país aranceles adicionales del 50%. Si finalmente el magnate cumple su palabra, los gravámenes al gigante asiático se subirían hasta el 104% a partir del 9 de abril. "Tengo un gran respeto por el presidente Xi -Jinping- de China, un gran respeto por China, pero se estaban aprovechando enormemente de nosotros", dijo Trump a principios de abril.
Por su parte, China ya ha contestado con aranceles recíprocos del 34% en los productos norteamericanos, la misma tasa anunciada por los Estados Unidos para el país asiático a principios de mes. "Si los EE.UU. realmente quieren dialogar, tendría que demostrar una actitud de igualdad, respeto y beneficio mutuo," afirmó el portavoz del ejecutivo chino, quien subrayó que, si Washington "insiste en una guerra arancelaria o comercial" sin tener en cuenta "los intereses de ambos países y de la comunidad internacional", China "estará preparada para llegar hasta el final".
El traspaso de TikTok, en el punto de mira
En las posibles futuras negociaciones entre los EE.UU. y China está también sobre la mesa el futuro de la aplicación TikTok. La administración republicana ha puesto como condición para seguir operando en el país que esta se desvincule de su matriz china, ByteDance, y le ha dado 75 días de prórroga para cerrar el trato.
Trump, convencido de que los aranceles beneficiarán a los EE.UU.
El sábado pasado, Trump volvió a defender la guerra arancelaria que ha desatado con la imposición generalizada de aranceles, aunque admitió que puede haber un coste previo para la población norteamericana antes de ver los frutos. Convencido de la eficacia, Trump aseguró que su administración conseguirá el retorno de "trabajos y negocios como nunca se ha visto", en lo que definió como una "revolución económica". "Ganaremos. Aguantáis, porque no será fácil, pero el resultado final será histórico", animó al presidente.