Continúa el desfile de testigos para aclarar que pasó con el intento del golpe de estado con el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2022, instigado por el entonces presidente en funciones Donald Trump, dos semanas antes que Joe Biden llegara a la Casa Blanca. En el último día, se ha puesto el foco en las elecciones de noviembre del 2020, que Trump perdió después de un recuento de los votos muy ajustado y entre comentarios del magnate sobre un posible fraude electoral en determinados estados. Ahora, se ha establecido que Trump ignoró repetidamente los consejos de su equipo de asesores aquella noche electoral y optó por declararse vencedor de los comicios. Quien le recomendó que lo hiciera fue Rudy Diuliani, exalcalde republicano de Nueva York, que aquella noche estaba bebido y lo animó a hacer aquellas polémicas declaraciones sin esperar que se acabaran de contar los votos. Al fin y al cabo lo detallaron una serie de testigos en entrevistas grabadas que se pudieron oír ayer en una audiencia del comité legislativo que investigue el asalto al Capitolio.

La sesión de ayer se centró en recrear la noche electoral en la Casa Blanca, mediante los testimonios de los asesores y familiares de Trump, que lo tildaron de una persona que en aquel momento perdió el sentido de la realidad, enfadado por los resultados y que decidió salir y directamente autoproclamarse vencedor. Hay que recordar que los resultados oficiales no se conocieron hasta tres días después de las votaciones, pero aquella misma noche compareció ante sus seguidores para alertar de que se había cometido un fraude electoral y que "francamente" el ganador de las elecciones era él y no el actual presidente, Joe Biden.

Equipo de los locos


Algunos de los testigos señalaron directamente al exalcalde Giuliani como culpable de las declaraciones, ya que lo habría instado en varias ocasiones a salir al escenario y declarar la victoria, porque creía que los demócratas estaban "robando" las elecciones. Jason Miller, uno de los portavoces de la campaña del republicano, lo resumía así: "El alcalde estaba definitivamente ebrio", se lo oye explicar en un vídeo. Esta teoría la confirmó la jefe de campaña del expresidente, Bill Stepien, que aseguraba que el neoyorquino había bebido durante toda la noche y que tanto él como otros asesores le pidieron a Trump que esperara que acabara el recuento de votos para hacer cualquier tipo declaración. Una recomendación que fue ignorada. Yendo más allá, Stepien piensa que durante la noche electoral quedó bien claro que los trabajadores de la campaña estaban del todo divididos entre dos grupos: "el equipo normal" y "el equipo de los locos", formado por aquellos que fomentaban las teorías conspiranoicas y que acabaron instigando el asalto al capitolio.

Trump, en el centro

En la primera sesión del comité que investiga el ataque al Capitolio, celebrada el pasado viernes, se apuntaló una conclusión clara: Donald Trump estaba "en el centro" del asalto. Hay que ya apuntaban en esta posibilidad desde el mismo día del asalto la cámara, pero es trabajo del comité discernir si realmente era así. El presidente del comité, Bennie Thompson, ha afirmado que lo que pasó fue un "intento de golpe de Estado" y una "conspiración de varios pasos" para hacer que el expresidente permaneciera al poder.