Dicho y hecho. Donald Trump ya tiene su Tesla. Si el martes anunció que compraría uno de los coches eléctricos de la factoría de Elon Musk para contrarrestar las fuertes caídas que la empresa tenía en la bolsa, de las que culpó a “la izquierda”, al día siguiente convirtió los jardines de la Casa Blanca en un particular salón de los automóviles de la marca de su amigo. Una muestra de apoyo que tuvo los resultados deseados. Mientras el presidente celebraba una combinación de conferencia de prensa y exhibición de vehículos Tesla, acompañado de Musk y de su hijo X, las acciones de la compañía de automóviles cerró con una subida del 3,8% aquel mismo día, recuperando parte del terreno perdido después de la caída del 15% que sufrió el lunes anterior.
Un S para él y un Cybertruck para su nieta
Trump puso con varios vehículos de la marca y anunció que se había comprado un modelo S, que tiene un precio base de 79.000 dólares y que adquirirá “sin descuentos”, matizó. Además, el presidente norteamericano también afirmó que había comprado un Cybertruck para su nieta; un pick-up de diseño futurista que se fabrica en Austin (Texas) y que el pasado mes de enero fue noticia en todo el mundo porque fue el modelo que utilizó al autor de la explosión ante el Trump Hotel de Las Vegas, que se saldó con la muerte del conductor y a siete heridos más. Un coche que se caracteriza por su exoesqueleto de acero inoxidable y que tiene un precio de mercado de entre 49.000 y 69.000 dólares.
Trump no podrá conducirlo
Trump escenificó perfectamente su propósito de visibilizar su apoyo a Musk subiendo a un Tesla S de color rojo en el jardín sur de la Casa Blanca. “Un coche tan fácil de conducir como un carrito de golf que va muy rápido,” aseguró a Musk. Pero Trump no lo conducirá personalmente, sino que lo hará el personal de la residencia presidencial. “Ahora, aquí está la mala noticia: no me permiten conducir el coche porque no he conducido uno en mucho tiempo y me gusta conducir coches, pero lo tendré en la Casa Blanca y dejaré que mi personal lo utilice”. “Dejaré que la gente local lo utilice y todos están entusiasmados con eso. No me está permitido utilizarlo”. “¿Puedes creerlo?”, remachó Trump.
Troleo a Joe Biden
El presidente no perdió oportunidad de trolear Joe Biden, su antecesor cuando, después de destacar la belleza y la gran cantidad de innovaciones tecnológicas que llevaba el coche, le dijo a Musk: “¿Crees que Biden podría subir a este coche?”, preguntó a los presentes, “no lo creo”, añadió. Y una vez más exhibiendo las instrucciones en papel que le habían dado, añadió: “Me han dado unas notas, pero no soy Biden, no necesito notas”.
Un vendedor de coches en la Casa Blanca
Aunque en alguna ocasión ha reconocido que no le gustan los coches eléctricos, Trump se convirtió en un improvisado vendedor de Tesla invitando a los americanos a seguir su ejemplo y comprar un vehículo de la marca, como respuesta al maltrato que, según él, estaba recibiendo Elon Musk. “Creo que ha sido tratado muy injustamente por un grupo muy reducido de personas. Y solo quiero que la gente sepa que no se le puede penalizar por ser un patriota”, dijo Trump a los periodistas sobre Musk, que lo escuchaba a su lado. Delante del pórtico Sur de la Casa Blanca se desplegaron cinco modelos diferentes de automóviles Tesla, que fueron inspeccionados por los dos multimillonarios. El magnate sudafricano piensa que el gesto de Trump tendrá efectos positivos para su empresa, y anunció que “como función de las grandes políticas del presidente Trump y su administración, y como acto de fe en los Estados Unidos, Tesla duplicará la producción de vehículos en los Estados Unidos en los próximos dos años”.
Trump quiere ayudar a su amigo a revertir las fuertes caídas de las acciones de Tesla, que el día anterior, cuando realizó el anuncio público de qué compraría de los coches de la firma, dijo que era “el bebé” de Musk, que es castigado por la opinión pública a consecuencia de su irrupción en política como responsable del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) encargado de hacer los recortes económicos en la administración Trump, que ha provocado miles de despidos. Las acciones de Tesla han perdido más del 50% desde el pico de diciembre y la fortuna de Musk se ha reducido en unos 70.000 millones de dólares en un mes, aunque todavía sigue siendo considerado el hombre más rico del mundo, según Bloomberg. Clientes de Tesla han mostrado a redes sociales su oposición al magnate y además de la pérdida de ventas de los coches nuevos, sobre todo a Europa, muchos de los que ya tenían un coche Tesla se han desprendido de él o lo han puesto en venta.