Donald Trump ha hecho de jardinero y ha plantado un árbol en los jardines de la Casa Blanca. Lo ha hecho después de ordenar primero la tala de uno de los árboles más antiguos de los terrenos de la mansión presidencial, el conocido como Jackson Magnolia, un árbol que se plantó durante el mandato del séptimo presidente de Estados Unidos, Andrew Jackson (1829-1837), hace cerca de 200 años; un árbol simbólico y con una emotiva historia detrás. El presidente norteamericano ha ocupado ahora su lugar con otro árbol que es descendente del Jackson Magnolia, pero que ha bautizado como MAGAnolia, en homenaje a su lema Make America Great Again (MAGA).

El árbol magnolia arrancado era uno de los más antiguos de los terrenos de la Casa Blanca. La historia popular dice que se plantó durante el mandato de Jackson para honrar a su mujer, Rachel, que murió unos días antes que el presidente fuera investido en su cargo. Se cree que fue sembrado con semillas traídas desde su hogar en Hermitage, cerca de Nashville (Tennessee), donde el dirigente murió en 1845. El árbol estaba situado en la entrada de los jardines sur, cerca del Pórtico Sur, de la mansión presidencial, y el Servicio de Parques Nacionales lo designó como “árbol testimonio” en el 2006 porque ha contemplado durante dos siglos la vida de la Casa Blanca y de las diferentes familias presidenciales.

Un peligro y un riesgo para la seguridad

La Casa Blanca ha justificado la decisión de talar el Jackson Magnolia alegando que su salud estaba muy deteriorada y representaba un peligro y un riesgo para la seguridad en la entrada de la Casa Blanca, tanto del personal como de los visitantes y de los mismos terrenos. Expertos y equipos técnicos hicieron un análisis exhaustivo antes de tomar una decisión, han asegurado desde la administración Trump, que en un comunicado explicaron que el árbol fue retirado el lunes del terreno y que los restos del árbol serán preservados para propósitos históricos. El mismo presidente ya anunció hace unos días que el destino del Jackson Magnolia estaba decidido. “Todo llega al final, y este árbol está en condiciones terribles. Es muy peligroso para la seguridad y es en la entrada de la Casa Blanca, ni más ni menos. Tiene que ser eliminado”, publicó el republicano en su red social, Truth Social, la semana pasada.

Una decisión consensuada

La decisión de talar el Jackson Magnolia no ha sido fácil, y han participado varias agencias y oficinas, incluido el jardinero en jefe de la Casa Blanca, un experto en árboles consultor, el Servicio Secreto y el Servicio de Parques. Según The Washington Post, el árbol había superado con creces la esperanza de vida de esta especie, que es de entre 80 y 120 años, y había sido apuntalado con una red de cuerdas y cables y podado recurrentemente para intentar alargar su vida. De hecho, durante el primer mandato de Trump en el 2017, ya se debatió sobre su supervivencia, pero en aquel momento se decidió podarlo en lugar de eliminarlo por completo. Además, el Jackson Magnolia también sufrió daños considerables por una avioneta que se estrelló en el césped de la Casa Blanca en 1994, y en los últimos años la madera ya estaba demasiado deteriorada para seguir utilizando el sistema de cuerdas que lo mantenían en pie. Según el comunicado, el árbol había superado su vida útil como en monumento estético e histórico “a causa del daño potencial que podría causar por el riesgo de fallo estructural” el informe del experto recomendaba que “fuera eliminado cuanto antes mejor”.

Un descendiente de 12 años

Este martes, Trump cogió el pico y la pala y se puso a cavar por plantar el nuevo árbol, la MAGAnolia, como lo ha bautizado, y la Casa Blanca asegura que con este nuevo ejemplar, que tiene 12 años, desciende de árbol histórico desaparecido y se cultivó específicamente para reemplazar el árbol progenitor que se tenía que eliminar. “Continuará el legado del Jackson Magnolia para las generaciones futuras”, afirmó Trump, que ha asegurado que la madera histórica “será preservada por el personal de la Casa Blanca y podrá ser utilizada por otros propósitos altos y nobles”.