El presidente estadounidense, Donald Trump, se mostró este lunes "indignado y asqueado" por las matanzas de este fin de semana en Texas y Ohio, y aseguró que los condenados por crímenes de odio deberían encarar ejecuciones "rápidas". En una declaración desde la Casa Blanca, el mandatario exigió la "pena de muerte" para los autores de los tiroteos indiscriminados, sin retrasos.
Además, el presidente Trump se ha abierto a regular el acceso a las armas e instó a través de Twitter a los legisladores tanto republicanos como demócratas a aprobar cambios que impongan "fuertes procesos de verificaciones y requisitos para comprar armas de fuego". Sin embargo, esta reforma iría unida a hipotéticos cambios legislativos para una reforma migratoria.
We cannot let those killed in El Paso, Texas, and Dayton, Ohio, die in vain. Likewise for those so seriously wounded. We can never forget them, and those many who came before them. Republicans and Democrats must come together and get strong background checks, perhaps marrying....
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) August 5, 2019
....this legislation with desperately needed immigration reform. We must have something good, if not GREAT, come out of these two tragic events!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) August 5, 2019
"Con una sola voz, nuestra nación debe condenar el racismo, el fanatismo y el supremacismo blanco", prosiguió Trump en una declaración desde la Casa Blanca tras los tiroteos registrados el fin de semana en El Paso y Dayton (Ohio), con veintinueve víctimas mortales. El mandatario subrayó que el tirador de El Paso, quien abrió fuego de manera indiscriminada en un centro comercial de la ciudad fronteriza con México, "publicó un manifiesto en internet repleto de odio racista".
De este modo, Trump salía al paso de las críticas que han arreciado durante el fin de semana culpando su agresiva retórica de mano dura en inmigración como uno de los factores que había alimentado la ola de violencia. Asimismo, se mostró "indignado y asqueado" por las matanzas de este fin de semana y aseguró que los condenados por crímenes de odio deberían afrontar la "pena de muerte" con ejecuciones "rápidas".
Una vez más, Trump apuntó que "la enfermedad mental y el odio son las que aprietan el gatillo, no la pistola", en una defensa del derecho de portar armas en Estados Unidos. Las autoridades federales ya han anunciado que tratarán el tiroteo en Texas como un acto de "terrorismo doméstico", mientras que aún investigan la motivación del ocurrido en Ohio. En ambos casos, los sospechosos son hombres jóvenes de raza blanca.