Quedan menos de 15 días para las elecciones a la presidencia de los Estados Unidos y Donald Trump, el expresidente entre el 2017 y el 2021 que quiere volver a ocupar la Casa Blanca, sigue exprimiendo su discurso antiinmigración y exhibiendo su talante fascista y xenófobo, como denuncian sus asesores, como John Kelly, que fue su jefe de gabinete en la etapa presidencial y ha explicado la admiración que el republicano siente por dictadores como Hitler. Una muestra fueron sus palabras de este martes en las que va asegura que pedirá que se restablezca la pena de muerte para cualquier migrante convicto por asesinar a un ciudadano norteamericano, lo que se considera una de las propuestas más extremas de su discurso contra la inmigración. "Tenemos que hacerlo... estoy pidiendo la pena de muerte para cualquier migrante que mate a un ciudadano norteamericano o un agente de las fuerzas del orden... el Congreso lo aprobará", dijo Trump ante una multitud en la ciudad de Greensboro, en Carolina del Norte, uno de los estados que será clave en la contienda electoral.
Trump aseguró que la inmigración es el tema que más preocupa a los norteamericanos, por encima de la economía, contradiciendo la última encuesta de Gallup, en la que los resultados aseguran que la economía es el único tema en el cual un 52% de los votantes consideran "extremadamente importante" en su voto. Según este sondeo publicado, la inmigración ocupó la quinta posición entre una lista de 22 temas importantes. "Creo que (la inmigración) es el número uno, es el primero, y el segundo es la economía, y el tercero es la inflación... creo que la frontera es la mayor amenaza para este país", dijo Trump al referirse a los resultados de las encuestas.
Discurso antiinmigración
Carolina del Norte fue uno de los estados afectados por el paso el mes pasado del huracán Helene, que dejó a más de 230 muertos, la mayoría en este estado, y se esperaba que el discurso de Trump se enfocara en los esfuerzos de recuperación de esta catástrofe. Esta es la cuarta visita de Trump en dos días al estado que forma parte de los siete que son claves y que definirán al ganador de las elecciones. Carolina del Norte tiene 16 votos electorales y es uno de los estados en disputa donde las encuestas muestran un empate entre los dos presidenciables. Aunque Trump criticó la respuesta del gobierno federal al desastre, el republicano enfocó su discurso a repetir su retórica antiinmigración durante sus casi dos horas de discurso. En este sentido, acusó a Kamala Harris de tener "las fronteras abiertas", aunque las restricciones en el asilo impuestas por el Gobierno de Joe Biden desde el junio pasado han conseguido reducir el número de arrestos a la frontera suroeste a cifras menores en las del 2020, último año del Gobierno del republicano, según los últimos datos publicados. Para Trump, sin embargo, eso no es suficiente y volvió a prometer deportaciones masivas y un castigo de 10 años para aquellos que retornen después de haber sido expulsado.
Más insultos contra Harris
Los ataques, insultos y faltas de respeto hacia su rival son una constante en sus discursos. "No necesitemos a otra persona con bajo coeficiente intelectual, tuvimos una durante cuatro años, no necesitamos otra", dijo el expresidente, que repitió el mismo que había dicho por la mañana en un mitin en Miami. Trump también acusó a su rival de ser "perezosa" y de estar "durmiendo" mientras él trabajaba de lo lindo, aludiendo a qué la vicepresidenta del gobierno Biden no había tenido ningún acto público de campaña programado para aquella mañana.
Admiración por los dictadores
Pero la campaña también lo está salpicando con noticias que lo relacionan con actitudes fascistas propias de los dictadores. Según un informe de The Atlantic, Trump expresó durante su presidencia admiración por Adolf Hitler y otros líderes autoritarios como el húngaro Viktor Orbán, a quien consideraba "fantástico" y el norcoreano Kim Jong, que "es un buen tipo". El expresidente dijo que Hitler "hizo algunas cosas buenas" y que necesitaba generales militares como los del nazismo, que lo fueran fieles y que siguieran sus órdenes. Estas revelaciones, que ahora ha vuelto a recordar The Atlantic, ya salieron a la luz el pasado mes de marzo, según revelaron varios exasesores principales de la etapa en la Casa Blanca. Ahora, John Kelly, general retirado que fue jefe de gabinete de Trump entre el 2017 y en el 2019, ha dicho en declaraciones al The New York Times que el expresidente republicano encaja "en la definición general de fascista" y que prefiere "el enfoque dictatorial del gobierno".
Kelly también explicó a The Atlantic el momento en el cual Trump mostró su admiración por los generales nazis de Adolf Hitler. ¿"Te refieres a los generales de Bismarck"?, dice Kelly que le dijo entonces. Kelly explicó a The Atlantic que le había preguntado a Trump. Y añadió: "Quiero decir, yo sabía que él no sabía quién era Bismarck, o sobre la Guerra Franco-Prusiana. Le dije: ¿'Te refieres a los generales del Kaiser? Seguro que no te refieres a los generales de Hitler". Y él respondió: 'Sí, sí, los generales de Hitler'. Le expliqué que Rommel se tuvo que suicidar después de participar en un complot contra Hitler".
Los asesores de la campaña de Trump negaron rotundamente esta conversación. Alex Pfeiffer aseguró que "eso es absolutamente falso. El presidente nunca dijo eso". Los demócratas, sin embargo, aprovecharon las declaraciones de Kelly para dejar en evidencia Trump. "Amigos, los guardarraíles han desaparecido. Trump está bajando a esta locura: un expresidente de los Estados Unidos y el candidato a la presidencia de los Estados Unidos dice que quiere generales como los que tenía Adolf Hitler", dijo el candidato a vicepresidente de Harris, Tim Walz, que sirvió a la Guardia Nacional del Ejército.