La guerra que Rusia mantiene contra Ucrania podría estar entrando en una fase clave, marcada por nuevas presiones diplomáticas que podrían redibujar el mapa de la región. Según ha informado la cadena CNN, el presidente norteamericano, Donald Trump —que había prometido poner fin al conflicto—, se ha mostrado sorprendido y frustrado ante las dificultades para cumplir esta promesa. Su propuesta: que Ucrania ceda territorio a cambio de paz, incluida la península de Crimea, ocupada por Rusia desde el 2014. Actualmente, Moscú controla casi un 20% del territorio ucraniano. Bajo la propuesta norteamericana, grande parte de este territorio podría quedar bajo dominio ruso de manera oficial. Aunque la anexión de Crimea es considerada ilegal, según el derecho internacional, los Estados Unidos estarían estudiando reconocer la soberanía rusa como parte de un acuerdo de paz.

En la visión de Trump, solo haría falta que el presidente ruso, Vladímir Putin, detuviera los combates para consolidar sus conquistas. Una estrategia que dejaría Rusia ampliamente recompensada por su invasión. Si el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, se niega a aceptar el acuerdo, Washington habría amenazado con retirar su apoyo al país.

Encuentro y reunión productiva Trump vs. Zelenski

Mientras se discuten escenarios de paz, Ucrania ha mantenido reuniones con representantes norteamericanos y europeos en Londres, intentando impulsar su propia propuesta: un alto el fuego como paso previo a cualquier discusión sobre la cesión de territorios. Tanto Donald Trump como Volodímir Zelenski han tenido una reunión "muy productiva" en Roma, cuando los dos han coincidido para el funeral del papa Francisco. En los próximos días se podría aclarar si se abre un resquicio para la paz, si las negociaciones fracasan o si, simplemente, el conflicto continúa por el camino de la inercia.

Mientras tanto, la guerra no se detiene. Un general ruso murió el viernes en un atentado en coche bomba en las afueras de Moscú. Y los bombardeos rusos siguen golpeando ciudades ucranianas, a pesar de la advertencia pública que Trump hizo a Putin a través de las redes sociales: "Vladímir, BASTA".

Crimea: el posible punto clave

¿Ucrania está dispuesta a renunciar a Crimea? Donald Trump cree que sí. "El futuro de Crimea es con Rusia", declaró el expresidente de los Estados Unidos a Time el pasado 22 de abril. "Y Zelenski lo entiende, todo el mundo lo entiende. Hace mucho tiempo que es con ellos", añadió. Rusia invadió Crimea en el 2014, pero a pesar de la condena internacional y las sanciones económicas, no sufrió consecuencias tan graves como las que recibió en el 2022 con la invasión del conjunto de Ucrania. Ahora, según parece, Trump parte de la premisa que cualquier alto el fuego tendría que incluir la aceptación de la soberanía rusa sobre la península.

Zelenski, de momento, ha rechazado públicamente cualquier cesión de Crimea. No obstante, otras figuras clave del país han mostrado una actitud más matizada. El alcalde de Kyiv, Vitali Klichkó—excampeón mundial de boxeo y una voz influyente dentro de la política ucraniana—, dijo a la BBC que no participa en las negociaciones, pero reconoció que renunciar a Crimea podría ser inevitable. "No es justo. Pero quizás es el precio para la paz", admitió.

¿Qué pasaría si los EE.UU. reconocen Crimea?

La anexión de Crimea por parte de Rusia fue una violación del derecho internacional, tal como recuerda la periodista de CNN Ivana Kottosová. Y, hasta ahora, el presidente ucraniano se ha mantenido firme: ceder Crimea no solo sería una derrota política, sino también una infracción directa de la Constitución de Ucrania. Pero la controversia no acaba aquí. Si los Estados Unidos llegaran a reconocer Crimea como parte del territorio ruso, estarían incumpliendo, de manera reiterada, los compromisos que han mantenido hasta ahora con Ucrania y con la orden legal internacional.

La analogía con la invasión de Checoslovaquia por parte de la Alemania nazi en los años treinta no es casual. Para muchos ucranianos, Crimea forma parte integral del país desde la desintegración de la Unión Soviética. Desde su anexión, Putin ha impulsado una política activa de "rusificación" a la península. Además, Crimea tiene un valor estratégico innegable: situada en el mar Negro, ofrece en Rusia una ventaja militar clave, y está rodeada de territorios ricos en petróleo, gas natural y otros recursos valiosos.