El accidente entre un helicóptero militar y un avión comercial que conmocionó a los Estados Unidos el pasado 29 de enero todavía es un tema candente para los norteamericanos. En un primer momento, el presidente Donald Trump acusó a los exmandatarios Barack Obama y Joe Biden de contratar "trabajadores con discapacidades intelectuales graves" en la Administración Federal de Aviación, una afirmación que no ha vuelto a mencionar. Ahora, el magnate ha dado un giro en su discurso sobre las causas del accidente y ha culpado a los "obsoletos" equipos de control aéreo. Trump ha insistido este jueves en la necesidad en disponer de "un control adecuado" del tráfico aéreo con la dotación de "mejor equipamiento" para renovar el actual.

Trump ha dedicado parte de su discurso en el Desayuno Nacional de Oración —un acto anual que reúne a miembros del Congreso de los Estados Unidos— a las causas de la catástrofe sucedida a Washington D.C. El presidente ha reconocido que las posibilidades de que dos aeronaves chocaran eran "muy bajas", de la misma manera que es muy difícil que impacten dos pelotas de golf. "Nos sentaremos y crearemos un gran sistema informatizado para nuestras torres de control, muy nuevo," ha prometido el republicano. Además, también ha asegurado que su administración trabajará para averiguar "qué pasó exactamente" y hablará con los líderes del Congreso para tirar adelante una ley para mejorar la vigilancia del espacio aéreo y evitar que este tipo de tragedias se repitan.

Por su parte, Elon Musk, el encargado de mejorar la eficiencia del ejecutivo norteamericano, ha señalado este miércoles en la red social X que su departamento hará cambios para "modernizar todos los sistemas informáticos" de control del tráfico aéreo, sin dar ningún detalle más. El magnate tecnológico ha sido el escogido de Trump para llevar a cabo el "Proyecto Manhattan del siglo XXI", con la misión de "desmantelar la burocracia gubernamental", reducir los gastos innecesarios y reestructurar los gobiernos federales.

Una tragedia con 67 muertos

Trump describió las horas posteriores al accidente aéreo como una "noche oscura y extenuante (...) una tragedia de proporciones terribles". El impacto entre el avión comercial y el helicóptero militar dejó 67 muertos. En el momento del choque, en el avión había 64 personas (60 pasajeros y 4 miembros de la tripulación) y en el helicóptero viajaban tres soldados americanos que hacían un vuelo de entrenamiento. Todos perdieron la vida.