La administración del presidente Donald Trump ha anulado este miércoles la orden que pretendía congelar el gasto de la ayuda federal solo un día después de su emisión. La orden, que provocó el caos y la confusión en Estados Unidos, fue frenada temporalmente por un juez de Washington el martes por la noche, según ha adelantado The Washington Post. Este retroceso supone dar marcha atrás en una de las decisiones de mayor impacto de esta semana de la nueva administración Trump. La medida que había aprobado el gobierno de Trump suponía dejar sin fondos de forma temporal a agencias federales, gobiernos estatales, locales y pequeños empresarios hasta que se hiciera una revisión del gasto con base a criterios ideológicos. La nueva administración quiere asegurarse que ni un dólar más fuera destinado a proyectos que quiere eliminar, sobre todo los que tienen que ver en cuestión de género, diversidad y equidad.
La iniciativa podría haber afectado a billones de dólares y provocar una interrupción notable a la investigación de la salud, programas educativos y otros proyectos. La propuesta era tan severa que incluso se preveía frenar las subvenciones que habían sido otorgadas, pero que no se han gastado todavía. El memorando que se envió a las agencias era claro: “El uso de recursos federales para avanzar en políticas de la ingeniería social, de equidad marxista, transgénero y del nuevo pacto verde es un derroche de los dólares de los contribuyentes que no mejora la vida cotidiana de aquellos a los que servimos”. La misiva establecía que el gasto que hicieran las agencias debía cumplir con las órdenes ejecutivas de Trump, que grosso modo quieren deshacer los avances que ha habido en cuestiones como los derechos transgénero, la justicia ambiental y los esfuerzos en diversidad, equidad e inclusión.
“Cada agencia debe completar un análisis exhaustivo de todos sus programas de asistencia financiera federal para identificar programas, proyectos y actividades que pueden estar implicados por cualquiera de las órdenes ejecutivas del presidente”, decía el memorando enviado ayer. Este paso de la administración Trump ha dejado con el corazón en el corazón a más de uno en Estados Unidos, si se tiene en cuenta que Washington es un centro de gastos que fluyen hacia varios departamentos, gobiernos locales, organizaciones sin ánimo de lucro y contratistas. El Gobierno de Trump hacía una excepción con Medicare y los beneficios de seguridad social, que quedaban exentos de esta pausa financiera, pero, en cambio, sí sentaba una vez a gobiernos estatales, locales y tribales; a la ayuda por desastres; educación y transporte, o pequeños negocios.