Dinamarca ha acogido con satisfacción la decisión de la administración Trump de reducir una visita no solicitada a Groenlandia como una señal que los Estados Unidos están "desescalando" después de que otro viaje planeado provocara una disputa diplomática con la isla ártica y Dinamarca. El viaje originalmente incluiría una delegación encabezada por la segunda dama de los Estados Unidos, Usha Vance, e incluida por el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Mike Waltz, que visitaría la capital de Groenlandia, Nuuk, y una carrera de trineos tirados por perros.
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Pero después de fuertes declaraciones públicas oponiéndose a la visita por parte del primer ministro de Groenlandia, Múte B Egede, y su homóloga danesa, Mette Frederiksen, se anunció que el viaje sería más contenido en escala y que solo incluiría una visita a la base militar norteamericana de la isla, Pituffik. El vicepresidente, JD Vance, ha dicho este martes que se uniría a su mujer, un paso al cual el ministro de Asuntos Exteriores danés, Lars Løkke Rasmussen, pareció aludir cuando dijo que los Estados Unidos daban la impresión de intensificar la disputa "cuando en realidad lo están desescalando".
La Casa Blanca todavía no ha confirmado si Waltz, que desde entonces se vio envuelto en una filtración de seguridad, seguirá viajando. El nombre fue omitido de la lista de asistentes. "De hecho, me parece muy positivo que los norteamericanos cancelen la visita a la comunidad groenlandesa. En su lugar, visitarán su propia base, Pituffik, y no tenemos nada en contra", declaraba Rasmussen a la emisora danesa DR. Rasmussen habló miércoles, mientras aviones norteamericanos se preparaban para elevarse del aeropuerto de Nuuk después de haber sido cargados, según se informa, con coches blindados que habían sido entregados en preparación para la visita.
El cambio de planes fue reivindicado como victoria diplomática por Copenhague y Nuuk, que ahora es dirigido por un gobierno interino mientras continúan las conversaciones de coalición después de las elecciones generales celebradas a principios de este mes. Groenlandia, antigua colonia danesa, es ahora un territorio semiautónomo dentro del reino de Dinamarca, pero sus políticas exteriores y de seguridad están a cargo de Copenhague.
Groenlandia no quiere Trump
El martes, Frederiksen acusó a los Estados Unidos de ejercer una "presión inaceptable" sobre Groenlandia y Dinamarca y prometió: "Es una presión que resistiremos". Donald Trump, que ha reiterado su deseo de adquirir la vasta isla ártica para los Estados Unidos, afirmó que la delegación norteamericana fue invitada por "funcionarios" groenlandeses. El gobierno de Nuuk respondió afirmando que no había emitido ninguna invitación para visitas, ni oficiales ni privadas. Egede ya había acusado a Washington de "injerencia extranjera".