Con una gran polarización política en los Estados Unidos entre conservadores trumpistas y progresistas, el expresidente y candidato republicano a volver al cargo con las elecciones de noviembre, Donald Trump, ha reiterado el mensaje de unidad que lanzó después del atentado fallido contra su vida en un mitin en Pensilvania: desde la convención de su partido en Milwaukee (Wisconsin), el primer acto en el que participa desde que recibió el tiro en la oreja, Trump se ha presentado ahora como el presidente de todos los americanos, no solo de una parte del país.

“Me presento delante de vosotros esta noche con un mensaje de confianza, fuerza y esperanza. (…) Me presento a presidente para todo Estados Unidos, no para la mitad, porque no hay victoria ganando solo la mitad”, ha afirmado el exmandatario, con su oreja derecha todavía vendada y ante un fervoroso público de republicanos. El magnate ha hablado en la clausura de la Convención Nacional del partido, en la cual se ha hecho oficial su candidatura, en la cual le acompaña como candidato a vicepresidente el senador por Ohio J.D. Vance.

Después del suceso traumático en Pensilvania, el entorno de Trump había adelantado que este había modificado su discurso previsto y así ha sido. El candidato republicano ha prometido un gobierno que sirva a los estadounidenses “mejor que nunca”: “Nada me detendrá en esta misión porque nuestra visión es justa y nuestro rumbo puro. No importa qué obstáculo se nos presente. No nos hundiremos, no lo haremos mal. No haremos marcha atrás y nunca dejaré de luchar por vosotros”, ha afirmado.

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Trump en la convención republicana de Milwaukee / EFE

Trump ha aprovechado también para victimizarse ante las críticas provenientes del Partido Demócrata, el de su rival a los comicios, el actual presidente, Joe Biden. “No tenemos que criminalizar la disidencia ni demonizar el desacuerdo político, que es lo que está sucediendo últimamente en nuestro país a un nivel que nadie ha visto antes. El Partido Demócrata tendría que dejar inmediatamente de utilizar el sistema judicial como arma y de etiquetar al oponente político como enemigo de la democracia”, ha argumentado, en referencia a las numerosas causas que él mismo tiene con la justicia y por las cuales, en algún caso, ya ha sido condenado.

Estas elecciones, ha afirmado Trump, tendrían que centrarse en los problemas del país y en cómo conseguir que vuelva a ser “exitoso, grande y libre de nuevo”: “En una época en que nuestra política nos divide con demasiada frecuencia, es momento de recordar que todos somos conciudadanos. Somos una nación bajo Dios, indivisible”. El mandatario, que ha hecho alusión al atentado, ha vuelto a explicar cómo lo vivió, aunque le resulte “demasiado doloroso”. Con todo, ha afirmado que se sentía “muy seguro” porque percibía a Dios a su lado.

Trump también ha aprovechado para hablar contra la inmigración, uno de los temas de campaña que más ha azuzado: considerándolo una “invasión”, el republicano ha reiterado que cerrará la frontera con México el primer día si es reelegido y ha acusado a la administración de Biden de “destruir” la seguridad social. La próxima convención republicana ha ironizado, se celebrará en Venezuela, porque dice que es un país más seguro que los Estados Unidos, con motivo de todos los “delincuentes” que han llegado.

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Trump en la convención republicana de Milwaukee / EFE

“Unidos”, continúa la campaña Trump-Vance

Ha sido un discurso de poco más de una hora y media, más largo de lo que se preveía, porque el exmandatario ha improvisado en numerosas ocasiones, como hace siempre. Y ha sido recibido por los suyos, sin sorpresas, con una sonora ovación. Una vez acabada la convención, el sábado Trump y Vance celebrarán su primer mitin conjunto. Lo harán en Michigan, un estado que el republicano ganó en 2016 y Biden en 2020.

Los conservadores parecen tomar así un impulso imparable en un momento en el cual los demócratas, con la figura de Biden muy cuestionada por su estado cognitivo a causa de la edad, pierden fuerza. Estos van 3,1 puntos detrás en las intenciones de voto y Biden, que está recluido en su casa por covid-19, no para de acumular presiones que lo instan a retirarse. La última, del expresidente Barack Obama, figura muy influyente en el país y con quien Biden fue vicepresidente. Los republicanos, por el contrario, según ha concluido Trump, están más unidos que nunca. En noviembre “ganaremos”, sentenció.