La actitud del presidente Donald Trump ante el conflicto en Ucrania, marcada por una fuerte presión sobre Kyiv y una aparente deferencia hacia el presidente ruso Vladímir Putin, está erosionando la percepción histórica de los Estados Unidos como actor neutral en la búsqueda de la paz. Aunque la guerra empezó con la invasión no provocada de Ucrania por parte de Rusia, el enfoque de la administración Trump parece cada vez más alineado con las posiciones del Kremlin. Esta inclinación responde, en parte, a la visión del presidente norteamericano, que considera que Kyiv "no tiene cartas para jugar" en el conflicto.

Trump ha insistido el jueves en que su implicación no responde a ningún interés político o estratégico, sino a una preocupación humanitaria. "No tengo lealtad hacia nadie. Mi lealtad es salvar vidas, y quiero salvar muchas vidas, especialmente de jóvenes", declaraba ante los medios. Sin embargo, los analistas apuntan que el supuesto esfuerzo de paz norteamericano muestra signos claros de desequilibrio. El lenguaje ambiguo utilizado por el presidente para referirse a la guerra, así como algunas de sus declaraciones más extravagantes, han generado confusión sobre el verdadero papel que quiere jugar Washington en esta crisis.

Una propuesta que implica negociar territorio ocupado

Las propuestas de negociación para poner fin a la guerra de Rusia contra Ucrania incluyen, en el caso de los Estados Unidos, la posibilidad de reconocer formalmente territorios ocupados por Moscú. Así lo revelan documentos en los cuales ha tenido acceso la agencia Reuters y que han sido reproducidos íntegramente, mostrando divergencias significativas entre Washington, Bruselas y Kyiv.

El documento norteamericano plantea la cesión legal de Crimea en Rusia —anexionada de manera ilegal en el 2014— y el reconocimiento de facto de las regiones de Luhansk, Donetsk, Zaporiyia y Jersón como parte del territorio ruso. Las cuatro provincias se encuentran parcialmente ocupadas por fuerzas rusas desde la invasión iniciada en el 2022.

Por el contrario, la propuesta conjunta de Ucrania y la Unión Europea difiere notablemente: apuesta por empezar una negociación una vez conseguido un alto el fuego, y evita cualquier mención al reconocimiento del control ruso sobre zonas ucranianas. En este contexto, el representante especial de los Estados Unidos, Steve Witkoff, ha sido recibido por el presidente Putin para discutir posibles escenarios de paz, un encuentro que ha generado inquietud entre los aliados europeos.

Mientras tanto, la guerra continúa con intensidad. Una nueva ola de ataques rusos durante la noche ha dejado a cinco víctimas mortales —entre ellas, un menor— en las provincias de Dnipropetrovsk y Donetsk, en el este de Ucrania.

Las concesiones de Putin, según Trump

El presidente Donald Trump reaccionó de manera defensiva el jueves, cuando se le preguntó por las concesiones que Rusia habría hecho en el marco del conflicto en Ucrania, en contraste con la presión constante ejercida sobre Kyiv. "Detener la guerra, dejar de ocupar todo el país. Una concesión bastante grande", ha afirmado Trump, dejando entrever una interpretación discutida del desarrollo del conflicto.

Esta respuesta pone de manifiesto una comprensión sesgada de la realidad sobre el terreno y refuerza la percepción que Trump analiza la guerra a través del prisma del presidente ruso. Según los analistas, la visión del líder republicano ignora el papel clave que ha jugado la resistencia ucraniana en los primeros meses de la invasión, así como el apoyo militar sostenido por parte de los Estados Unidos y sus aliados europeos.

El hecho de que Ucrania no se encuentre ahora bajo un gobierno títere apoyado por el Kremlin se debe, en gran parte, en la acción decidida de sus fuerzas armadas, que sorprendieron el mundo con una defensa heroica de la capital, Kyiv. Esta resistencia, reforzada durante años con envíos de armas y asistencia militar occidental, ha sido fundamental para frenar el avance ruso. Las declaraciones de Trump llegan en un momento clave, mientras crecen las tensiones en torno a las propuestas de paz y se debate el futuro de la ayuda internacional a Ucrania.