El historiador israelí Yuval Noah Harari afirma que el coronavirus nos aboca a las puertas de un mundo nuevo y este nuevo escenario global se configura a través de un par de dicotomías: entre la vigilancia totalitaria o el empoderamiento de los ciudadanos, y entre el aislamiento nacionalista o la solidaridad global. Estados Unidos está en el centro de ambas opciones.
En un artículo en el Financial Times, Harari dice que sería difícil que los EE.UU. encabecen una respuesta global con un líder "que nunca se hace responsable, que nunca admite errores y que usualmente se atribuye todos los méritos a sí mismo y las culpas a otros".
La percepción sobre Trump fuera de Estados Unidos es la misma que potencia Harari. Se le considera un lobo solitario sin tener en cuenta el enorme apoyo de sus votantes. La última encuesta publicada por ABC News con Ipsos afirma que la mayoría de los ciudadanos de aquel país aprueban la gestión que hace Trump de la crisis del Covid-19, concretamente un 53%. El discurso trumpista ha colapsado al partido republicano, ha monopolizado el pensamiento conservador y ha radicalizado los medios de comunicación de la ultraderecha de los EE.UU. (la llamada Alt-Right) en las puertas de las elecciones presidenciales de noviembre de 2020. Desgraciadamente, los medios en EE.UU. no son sólo The New York Times o The Washington Post. Del conservadurismo al populismo conservador, pasando por las posiciones ultraconservadoras, los medios del trumpismo sacan rédito de esta situación.
En el pasado, episodios como Jade Helm (delirante idea que se refería a supuestos campos de concentración que Obama quería construir en Texas) o el Pizzagate (otra delirante conspiración de supuestos abusos a menores en pizzerías). Ahora es el coronavirus, el virus chino o el virus de Wuhan, en el argot de Trump y la ultraderecha. El ventilador de las fake news, a todo trapo en muchos medios y foros de Internet como 4chan y 8kun.
"El virus chino" y Fox News
A medida que Trump avanza gradualmente hacia el reconocimiento de que el virus existe, también acusa a inmigrantes y extranjeros de propagar la enfermedad. Ha tuiteado repetidamente en marzo que la epidemia americana sería peor si no fuera por las políticas fronterizas de su administración, y mientras que en todas partes es el coronavirus, para Trump es el "virus chino".
Fox News, la cadena de televisión por cable más vista de los EE.UU: y una de las herramientas de difusión del trumpismo, ha cambiado de rumbo. Sus presentadores a menudo afirmaban que quien advirtía el peligro del coronavirus eran "impulsores del pánico", o involucrados en la "histeria masiva". Incluso afirmaron que todo era un esfuerzo para derrocar al presidente.
Fox ha cambiado de opinión. "Tenemos la responsabilidad de frenar este virus y pensar en otras personas", decía Ainsley Earhardt a sus espectadores. "Así que si puedes mantener la distancia y evitar que alguien que pueda estar enfermo se te acerque, puedes salvar a tu familia, puedes salvar a los ancianos y ayudar a nuestro país como nación". Tres días antes, Earhardt sugería que la gente debería aprovechar la crisis para hacer un viaje.
A principios de marzo, Sean Hannity, el presentador estrella de Fox News y amigo personal de Trump, acusó a los liberales de crear "histeria" y sugirió que el líder demócrata, Joe Biden, lo usaba como excusa para cancelar mítines. Ahora, Hannity ha cambiado de opinión: Este virus es grave y te decimos desde el primer día (sic). Debemos tomarnos este virus seriamente y todos tenemos que estar preparados". En Fox Business, la presentadora Trish Regan afirmó que los demócratas habían creado "una histeria masiva para fomentar las ventas en los mercados". "Muchos medios liberales utilizan el coronavirus para demonizar y destruir al presidente". Hoy por hoy, el programa de Regan está suspendido.
Mientras Fox News ha cambiado su discurso, los medios de la extrema derecha no sólo alimentan la sinofobia (al ritmo de los tuits del presidente) sino que fomentan la desinformación, las fake news e incluso hacen negocio.
The Washington Times (el Times, no el Post, queridos), también conocido por promover el negacionismo del cambio climático, ha insinuado en sus páginas que el virus podría ser el arma biológica secreta de Pekín para debilitar a sus rivales políticos y territoriales. Progresistas, migrantes y minorías son al punto de mira de este tipo de medios.
Hacer negocio con el Covid-19
Dentro de esta maquinaria propagandística del trumpismo, Breitbart News e Infowars tienen un papel relevante como difusores de las teorías xenófobas y las informaciones más inverosímiles. En el caso de Infowars, su creador, Alex Jones, ha encontrado incluso una fórmula financiera para expandir su sello a través de una tienda de venta online de productos como suplementos vitamínicos, ropa y accesorios para armas.
Las ventas de Infowars fomentan la ley marcial en todo el país. Jones utiliza el brote de coronavirus como gancho de ventas, al argumentar que mientras en las tiendas se acaba la comida, Infowars ofrece alimentos de supervivencia para resistir al Covid-19.
Otro ejemplo es Tom Kawczynski, el supremacista blanco de Nueva Inglaterra, que se ha autodenominado experto sobre la pandemia gracias a su podcast, uno de los más populares en las listas de Apple Health & Fitness.
La sorprendente reinvención de Kawcyznski y su éxito en el podcast demuestra el grado en aumento de preocupación de los estadounidenses que recurren a cualquier persona en Internet que ofrece información sobre la pandemia, sin tener en cuenta la veracidad de la fuente. A medida que los rumores sobre el coronavirus y la respuesta del gobierno circulan a través de mensajes de texto y proliferan curas falsas en línea, figuras extremistas como Kawcyznski, que defiende la creación de una monarquía racial han visto su momento de gloria.
No es una anécdota. La instrumentalización de la ultraderecha de los Estados Unidos sobre el asunto del coronavirus aumenta la proliferación de la desinformación sobre la epidemia y fomenta delitos de odio contra ciudadanos de origen asiático y la comunidad judía, a los que acusan de ser los grandes beneficiarios de la situación. Una nueva puesta al día de la vieja propaganda zarista de los Protocolos de los Sabios de Sion en versión neonazi en los Estados Unidos.
En unos meses veremos si el coronavirus es el punto de apoyo que impulsa la reelección de Trump o su salida de la Casa Blanca. El actual presidente maneja una peligrosa arma de doble filo. El coronavirus es un aliado para desatar las teorías conspiranoicas contra China y Joe Biden, pero también una prueba de fuego de su liderazgo para gestionar la crisis sanitaria más importante de las últimas décadas.
Tras los retrasos y errores de primera hora, el gobierno federal trabaja contra reloj para poner en marcha un partenariado público-privado que ayude a conseguir material médico, allanar la curva de contagios y evitar un colapso hospitalario. El Imperial College de Londres advertía que, si no se toman medidas urgentes en los Estados Unidos, morirían 2,2 millones de personas por esta pandemia.
Son tiempos del 'matón en jefe' (bully in chief, en inglés) y del coronavirus. ¿Qué puede salir mal?