El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, escenificó hoy en la frontera con México su visión y mostró sus preferencias para levantar un muro como herramienta para frenar la inmigración irregular y el tráfico de drogas.
Desde junio de 2015 cuando anunció su candidatura a las elecciones, el muro fronterizo ha sido una promesa y un emblema de las polémicas ideas nacionalistas y sobre inmigración de Trump, que hoy se anotó una victoria simbólica al conocer personalmente e inspeccionar los ocho prototipos que se han construido en un terreno entre Otay Mesa (EE.UU.) y Tijuana (México).
El mandatario aprovechó además su visita para arremeter contra las políticas migratorias de California, un estado que se ha erigido en un símbolo de la resistencia contra Trump, y tendió una mano a México, país con el que mantiene unas delicadas relaciones bilaterales principalmente por el pago del proyectado muro. "Hemos mirado los diferentes prototipos (del muro) y ha sido fascinante. Y tenemos dos o tres que realmente funcionan", aseguró Trump ante cientos de militares en la Estación Aérea del Cuerpo de Marines de Miramar. También mostró algunas de sus preferencias para su construcción, como que tenga hormigón o acero en su parte superior y que permita cierta visibilidad del lado mexicano de la frontera. "Cuanto más grande sea, mejor", defendió Trump, quien contó que han contado con escaladores para poner a prueba los diferentes prototipos.
Las últimas informaciones de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) sostienen que el muro será el resultado de la unión de una serie de características de los diferentes prototipos. "No tenemos elección. Lo necesitamos. Lo necesitamos por las drogas. Lo necesitamos por las pandillas. Lo necesitamos por muchas razones", afirmó Trump, que dijo que el muro será exitoso "en un 99,5%". Además, urgió al Congreso a que aporte la financiación necesaria para su construcción, ya que este proyecto se encuentra estancado ante el bloqueo en el Legislativo a aprobar los 18.000 millones de dólares que se estima que puede costar. "El muro fronterizo es verdaderamente nuestra primera línea de defensa, y es probablemente, si lo piensas, la primera y la última, más allá de los grandes agentes del ICE (siglas en inglés del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas) y otra gente", señaló.
(El muro) "salvará miles y miles de vidas, y ahorrará cientos de miles de millones de dólares a los contribuyentes, reduciendo el crimen, el tráfico de drogas, el fraude en ayudas sociales y los problemas de escuelas y hospitales", agregó. Trump también se refirió al presidente de México, Enrique Peña Nieto, con quien dijo tener una "gran relación", pese a que las diferencias sobre el muro han llevado a las autoridades mexicanas a cancelar dos reuniones en Washington. "Estamos tratando de arreglar las cosas, veremos si ocurre o no", dijo Trump al admitir que hay "desacuerdos" con sus vecinos del sur, por lo que dijo que en el próximo mes se sabrá si consiguen llegar a algún tipo de entendimiento.
Peña Nieto concluirá su mandato el próximo 30 de noviembre, y le sucederá el ganador de las elecciones generales programadas para el próximo 1 de julio en México. "Creo que tienen algunos candidatos que son muy buena gente, y tienen algunos que, quizá, no son tan buenos. En cualquier caso, lidiaremos con ello" sea quien sea el vencedor, afirmó Trump.
El presidente estadounidense tampoco desaprovechó su primera visita a California desde que llegó a la Casa Blanca para lanzar dardos a este estado, que se ha mostrado abiertamente crítico con las acciones de la Casa Blanca en temas como la inmigración, la sanidad o el cambio climático. "Las políticas 'santuario' de California están poniendo en peligro a toda la nación", dijo Trump en referencia a las medidas tomadas por ciudades o condados para no colaborar con las autoridades federales migratorias. "Son el mejor amigo del criminal. Eso es exactamente lo que está sucediendo. Los criminales se están refugiando en estas ciudades 'santuario'", argumentó Trump, quien dijo, además, que el gobernador de California, Jerry Brown, está haciendo "un trabajo terrible" al frente del "estado dorado".
Tras la inspección a los modelos preliminares del muro y su intervención en la estación de marines, donde dio un discurso mayoritariamente patriótico e institucional, Trump abordó el avión presidencial Air Force One para volar a Los Ángeles, en donde culminará su visita a California con un evento de recaudación de fondos para el Partido Republicano.