El expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, está trabajando en su propia red social, después de ser censurado por la mayoría de plataformas a raíz del asalto al Capitolio del pasado 6 de enero que resultó en la muerte de 5 personas. Así lo ha avanzado su asesor Jason Miller en un programa de Fox News.
"Esta nueva plataforma será muy grande," prevé Miller. A pesar de no dar muchos detalles de la plataforma en sí, Miller ha asegurado que Trump ha ocurrido "reuniones con gente muy importante" en su resorte de Florida Mar-a-Lago, y que "varias compañías" han mostrado su interés por el expresidente. Según el asesor, Trump atraerá "decenas de millones" de personas en la nueva plataforma, hecho que significará un negocio muy rentable.
Trump, censurado por las redes sociales
Desde la prohibición de Twitter, Trump acusó la red social de "silenciarlo" a él y a sus votantes, y de ser un instrumento de la "izquierda radical". Ya en aquel momento, lo todavía presidente avanzó que quería "construir nuestra propia plataforma en un futuro próximo. No nos silenciarán"!.
Las plataformas sociales de Twitter, Facebook, Instagram, YouTube, Snapchat y Twitch prohibieron las cuentas del expresidente Trump en los días siguientes del asalto del Capitolio para incumplir las normas de la comunidad. Más concretamente, Twitter argumentó que "después de una revisión minuciosa de los tuits recientes de la cuenta @realDonaldTrump y el contexto que los rodea, hemos suspendido permanentemente la cuenta a causa del riesgo de una incitación más a la violencia". Además, la red social también bloqueó las cuentas @POTUS y @TeamTrump desde las cuales el presidente intentó seguir comunicándose con sus seguidores.
El rey de Twitter
Durante su primera campaña presidencial y legislatura, las redes sociales, y en especial Twitter, fueron una importante vía de comunicación para Trump, e incluso garantizó su triunfo, debido al clima mediático que creó con sus controvertidos tuits. De hecho, la libertad otorgada por las plataformas sociales son el sueño de cualquier líder populista, ya que proporcionan un canal directo de comunicación con la audiencia, sin la limitación por parte de terceros, todo el contrario que los medios de comunicación tradicionales los cuales Trump detesta. Con la falta de intermediarios, Trump podía extender su contenido propagandístico y en algunos casos falso o violento.
El año pasado, Twitter empezó a tomar medidas en contra de este contenido y empezó a marcar algunos tuits de Trump como engañosos, posicionando por primera vez en contra de un líder de estas características y rompiendo con la neutralidad de las plataformas sociales. En respuesta a eso, Trump empezó una guerra contra la plataforma, emitiendo un orden ejecutivo que otorgaba poder a los legisladores para poder sancionar en las plataformas por la manera que gestionan el contenido.
En sus once años en Twitter, el expresidente ha emitido más de 55.000 mensajes en los suyos 89 millones de seguidores. Ahora, Trump espera recuperar su relevancia online y esquivar la censura con la creación de su propia plataforma.