El expresidente de los Estados Unidos y candidato del Partido Republicano a la reelección, Donald Trump, ha vuelto a la retórica de campaña más dura y grosera, después de haber bajado el tono ligeramente con motivo del intento de asesinato que sufrió en un mitin en Pensilvania, a partir del cual empezó a hacer llamamientos a la unidad y postularse como un presidente "para todos los Estados Unidos, no solo la mitad". Ahora, una vez pasado el susto, Trump ha reiterado en cargar contra su rival, el actual presidente y candidato del Partido Demócrata, Joe Biden, sobre el cual ha bromeado en un mitin en Grand Rapids (Michigan).
Trump, que ha lucido un vendaje discreto en la oreja que resultó lesionada en el ataque, ha salido al escenario en un estadio repleto de seguidores entre cánticos de "USA" y "¡Lucha!" y, después de agradecer el apoyo, ha empezado a lanzar dardos a su oponente a las elecciones. El republicano primero ha señalado que la campaña de Biden le describe como una "amenaza para la democracia": "La semana pasada, me llevé un tiro por la democracia", ha ironizado.
Después se ha desvinculado del 'Project 2025' al cual los demócratas le asocian —programa de un 'think tank' ultraconservador que quiere aprovechar una victoria republicana para desmantelar el estado y sustituir funcionarios por cargos políticos afines para facilitar la ejecución de sus políticas—, calificando a los impulsores de "derecha radical" y "extremista".
Ha pasado entonces a proponer una encuesta en directo sobre qué candidato demócrata es "mejor si queremos ganar": el nombre de la vicepresidenta Kamala Harris ha sido recibido con abucheos, y el del presidente Biden con un punzante jolgorio. "No creo que tengamos que ir mucho más lejos", ha apostillado. "En este mismo momento, los jefes del Partido Demócrata están frenéticamente intentando derrocar los resultados de las primarias de su propio partido para sacar a Joe Biden de las papeletas", ha comentado, mofándose después de que el partido "no tiene ni idea de quien es su candidato".
También ha capitalizado la débil actuación de su oponente en el debate de finales de junio, después del cual empezaron las presiones de líderes demócratas para que Biden abandone la carrera presidencial: "¿Quién ganó el debate, Biden o Trump?", ha preguntado, suscitando gritos con su apellido. "Este es un hombre enfermo, débil y patético que no puede presentarse a unas elecciones", ha afirmado al exmandatario, mucho más duro que los últimos días.
"Cuando voten por Biden, probablemente están votando indirectamente en Harris, de todos modos", ha agregado al expresidente, que ha aprovechado para repetir sus denuncias infundadas de fraude electoral o "trampas" en las anteriores elecciones que perdió enfrente de Biden. Trump, con un tono distendido y visiblemente cómodo, ha reanudado buena parte de los puntos de campaña que ha enarbolado en su discurso de aceptación del nombramiento republicano esta semana, incidiendo en puntos como el control de la inmigración ilegal y "recortes fiscales adicionales".
Continúa la presión sobre Biden para que abandone
Por su parte, el presidente Joe Biden sigue todavía aislado en casa recuperándose de la covid-19, y ha sido eclipsado hoy por la vicepresidenta Kamala Harris, que ha ido en solitario a un acto de recaudación a Massachusetts con cargos electos y celebridades y ha obtenido más de 2 millones de dólares, según los periodistas que la siguen. Hoy se han sumado nuevos nombres a la treintena de demócratas del Congreso que reclaman al presidente desistir de su obstinación electoral, como el legislador de California Mark Takano, quien ha revelado su apuesta por Harris como relevo. La senadora Elizabeth Warren —rival de Biden en las primarias del 2020—, por su parte, ha afirmado en MSNBC que Biden tiene una "decisión a tomar" y ha valorado la experiencia de Harris como fiscal para enfrentarse a un "delincuente condenado", Trump.