A diferencia de los refugiados sirios que huían de la guerra ahora hace diez años, los afganos que huyen del nuevo régimen talibán hacia Turquía se encuentran con las fronteras cerradas, blindadas y militarizadas. Para la gran mayoría de afganos que lo intenten, cruzar Irán para llegar a la Europa continental será prácticamente imposible.
Esta vez, el Gobierno turco está decidido a hacer todo el posible para repeler un nuevo flujo masivo de inmigración, así de claro lo dejó su presidente, Recep Tayyip Erdogan, al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
Turquía se blinda
La frontera entre Irán y Turquía, una de las rutas más directas para llegar a Europa desde Afganistán, ya cuenta con un muro de 156 kilómetros entre las provincias de Igdir y Agri. Ahora, Turquía está construyendo una muralla adicional de tres metros de alto y 2,80 metros de anchura que rodeará 64 kilómetros de la provincia de Van. Según informa Efe, en los 314 restantes de la frontera se instalará una red provisional con alambre y sensores.
Además, la frontera cuenta con una vigilancia militar reforzada, que incluye soldados y equipos con tecnología sofisticada: drones, torres con cámaras térmicas, radares y sensores de movimiento.
Turquía no lo puede asumir
La justificación de Erdogan para reforzar las fronteras es que Turquía ya está acogiendo a cinco millones de refugiados, concretamente a unos 3,7 millones de sirios, además de unos 300.000 afganos y otros millares de iraquíes, uigures y africanos.
No obstante, varias ONG, como la asociación de derechos humanos IHD, coinciden con las autoridades turcas que de momento no ha subido el número de llegadas.
A pesar de las devoluciones hechas en caliente en la frontera, la escalada en la vigilancia no ha conseguido hoy por hoy reducir las entradas irregulares de migrantes de Afganistán, cifrada entre 100 y 200 personas al día, según ha explicado a Efe el presidente del IHD Van, Mehmet Karatas. De momento, la ONU tampoco ha registrado un movimiento a gran escala en las fronteras afganas después de la retirada de la OTAN de Afganistán y la toma del poder por los talibanes.
Las autoridades turcas aseguran que han aumentado el control de los inmigrantes que se encuentran en el país de manera irregular, y que han procedido a repatriar a decenas de miles de ellos. El pasado día 19, Erdogan cifró en 235.000 el total de afganos que "han sido enviados" de nuevo hacia Afganistán, precisó el periodo en el cual han tenido lugar estas repatriaciones.
La UE
Durante la última crisis de los refugiados, el gobierno turco llegó a un acuerdo con la Unión Europea según el cual recibieron dinero a cambio de retener a los refugiados en Turquía. De hecho, a principios de verano el bloque comunitario propuso dar 3.000 millones de euros más a Turquía hasta el 2024 para la 'gestión' de los refugiados.
Sin embargo, esta vez el gobierno de Erdogan ha rechazado utilizar el mismo mecanismo con los afganos desplazados. "En el tema afgano no puede haber una cooperación que consista en 'nosotros damos el dinero, tú quédate con los afganos para que no vengan'", dijo el ministro de Exteriores turco, Mevlüt Çavusoglu, en una rueda de prensa en Ankara. "La Unión Europea tendría que abandonar el concepto que puede gestionar eso mediante fórmulas simples, y tiene que buscar soluciones de verdad", insistió.
Con respecto a la oferta de los 3.000 millones de euros, el ministro consideró que tan solo "es una declaración. Pero tendrían que sentarse con nosotros para hablar, negociar y cumplir los acuerdos." "Turquía ha hecho lo que le correspondía y el número de migrantes que llegaron a Europa se redujo en un 95 por ciento. Lamentablemente, la UE no asumió sus responsabilidades", concluyó el ministro.