TikTok va repleto de lo seguro y divertido que es ir a Turquía si formas parte del colectivo LGBTIQA+ así como varios portales que destacan que para los turistas no hay problema. Quizás el problema, valga la redundancia, reside en si eres turco y formas parte del colectivo. Y es que el mundo del deporte femenino ha vuelto a quedar salpicado por actitudes y comentarios de una sociedad machista. La selección femenina de vóley de Turquía ha obtenido una victoria en el campeonato europeo después de vencer a Serbia en cinco sets. Las jugadoras han conseguido, después de muchos esfuerzos dentro y fuera de la pista, una medalla de oro más que merecida. A pesar de todo, la noticia reside en la polémica que ha habido a lo largo del campeonato por si jugaba o no jugaba, o mejor dicho, por si dejaban jugar o no a la estrella de la selección: Ebrar Karakurt.
Se trata de una de las jugadoras de la selección femenina de vóley que se ha convertido en el último objetivo de ataques homofóbicos en una nación que cada vez es más anti-LGBTQIA+. Esta, sin embargo, no es la primera vez que la jugadora es atacada por su orientación sexual. Después de que el equipo de Karakurt, consiguiera una victoria en la Liga de las Naciones de Voleibol Femenino (VNL) y volviera a casa con una medalla de oro, fueron celebrados en todas partes y las redes sociales elogiaban el equipo. La jugadora compartió un tuit que decía "en el cuello tengo joyas hechas de la vergüenza de los que me juzgaron, es decir, una medalla de oro".
Y es que no todo el mundo estaba contento con la victoria de la selección femenina. El diario Akit, con una relación estrecha con el Estado, cogió el tuit y describió a Karakurt como una "homosexual desviada que impone un estilo de vida pervertido", destaca el portal Global Voices. Y también habría acusado de avergonzar a la selección nacional "a causa de su estilo de vida que va en contra de los valores del Estado" y la sociedad turca. Karakurt, sin embargo, restó importancia y publicó en Instagram una fotografía acompañada del texto: "Incluso durmiendo en un avión, hago enfadar a alguien. ¿Mi grandeza es una broma?".
Karakurt recibió el apoyo público después de este ataque indiscriminado. El cantante y compositor Nazan Oncel tuiteó: Karakurt es "el orgullo" de Turquía en una época en que "las niñas quedan analfabetas y las mujeres están confinadas en su casa". Kübra Dağlı, campeona nacional de taekwondo de Turquía, expresó su solidaridad con Karakurt en una publicación compartida también a las redes sociales: "No tendría que ser difícil dejar de lado la orientación sexual o las actitudes religiosas de los atletas y simplemente no celebrar sus éxitos".
Odio y boicot por la orientación sexual
Pero Karakurt ha vuelto a estar en el centro de la polémica en el campeonato europeo. Según parece, la selección femenina de vóley se habría tenido que enfrentar a polémicas islamistas y presiones porque no jugara, también, en la final contra Serbia. A pesar de todo, se ha sobrepuesto. No solo han conseguido la victoria, sino que también ha jugado y se ha celebrado ruidosamente en las calles, como se ha compartido en las redes.
El hito obtenido por las jugadoras no tendría que quedar en segundo plano por la polémica de Karakurt, si bien es cierto que no hace otra cosa que poner de manifiesto la creciente narrativa de odio, humillación, discriminación contra el colectivo en el país. Turquía podría estar dando pasos atrás y empequeñeciendo más todavía las libertades del país. El ataque a la jugadora es solo el ejemplo más reciente de una creciente narrativa anti-LGBTQ+ en Turquía, mientras que grupos conservadores intentan promover lo que denominan "valores familiares" en detrimento de los derechos de las mujeres, las libertades y seguridad de las personas LGBTQ+ y la libertad de expresión.
Karakurt, sin embargo, ha querido dejar constancia en las redes sociales de la lucha continua y también como responde a los ataques. "Esta no es la primera final que jugamos, ni la primera guerra psicológica que hemos tenido", destaca al lado de una fotografía con su compañera Melissa Vargas. "Así es como abrazo a todo el mundo. Uniendo ganaremos, no dividiendo", destaca en otro tuit, donde sale de espalda.
Otra final maquillada
Del resultado, que ya habría quedado en el olvido por las polémicas y las críticas, destaca que los dos equipos anotaron 170 puntos durante las dos horas y 21 minutos de partido. Serbia cogió la delantera después de ganar el primero siete 27-25. Turquía se recuperó para nivelar el juego después de ganar el segundo siete 25-21, antes de que Serbia volviera a coger ventaja al ganar el tercero siete 25-22.
Turquía ganó el cuarto siete por el mismo marcador para preparar el juego decisivo, que ganó 15-13 para ganar el título por primera vez a la historia del torneo ante una multitud de 10.688 espectadores. Para Serbia fue el segundo subcampeonato consecutivo, después de perder ante Italia en la final de la edición del 2021.