Los ciudadanos turcos decidirán el domingo si le dan vía libre a Erdogan para poder actuar sin obstáculos a la hora de gobernar. A cuatro días de la celebración del referéndum constitucional que se celebra en Turquía, las encuestas auguran un resultado bastante ajustado, donde los indecisos jugarán un papel muy importante. Aun así, en estos momentos la balanza se inclina hacia el 'Sí', con un 51-52 por ciento favorable a cambiar la constitución del país y dar más poderes al actual presidente, Recep Tayyip Erdoğan.
El resultado favorable daría poderes ejecutivos al presidente, eliminando la figura de primer ministro, y podría gobernar a golpe de decreto. Además, podría escoger un tercio del máximo órgano judicial y suspender el parlamento de manera unilateral cuando lo considere oportuno.
Según Erdogan, el 'Sí' aportará estabilidad y seguridad en el país, que en casi cien años desde su fundación ha tenido 65 gobiernos diferentes.
Miedo a decir la verdad
Según sociólogos expertos, responder a un encuestador o una persona desconocida, se ha convertido en un riesgo. La gente tiene miedo a contestar y hay que interpretar los resultados teniendo en cuenta este factor. Las empresas de sondeo con mayor trayectoria creen que tanto el "sí" como el "no" están prácticamente empatados, con quizás solamente medio punto de diferencia. Abundan también otros pronósticos que otorgan al "sí" una amplia victoria por encima, incluso, del 60 por ciento.
Un importante sector de la población turca se declara "indecisa" a pocos días de la cita con las urnas y los analistas necesitan interpretar a qué opción finalmente se inclinarán.
Las encuestas muestran que dentro de los votantes tradicionales del partido gubernamental Justicia y Desarrollo (AKP) hay un sector descontento con la reforma propuesta, pero poco dado a protestar contra lo que considera su" partido. También hay cierta división en el derechista Partido de Acción Nacionalista (MHP) cuyos dirigentes hacen campaña por el "sí", pero una gran parte de las bases se opone al modelo presidencialista.
Persecución a la oposición
Después del golpe de estado de julio del año pasado, el presidente ha subido la voz contra los opositores a su administración y miles de personas son perseguidas. En los últimos cuatro años, cerca de 200 periodistas han sido encarcelados y 9.000 han sido despedidos de su trabajo. La campaña contra la libertad de expresión se ha agudizado en los últimos meses después del golpe de estado. La comunidad académica también sufre las consecuencias del autoritarismo de Erdogan y cerca de 4.500 profesores han sido despedidos, algunos de los cuales han tenido que huir por miedo a ser detenidos.
La guerra que mantiene Erdogan y su partido, el AKP, contra los opositores se traduce en represión. El partido contrario a las reformas propuestas por el presidente, el HCP, denuncia la persecución al pueblo kurdo y los poderes dictatoriales que daría el 'Sí' al actual mandatario. En este contexto, el gobierno afirma que hacer campaña pel "no" es ponerse al lado de los terroristas, tanto de la guerrilla kurda como de la cofradía de Fethullah Gülen, presunto responsable del fallido golpe de estado.
Europa cada vez más lejos
La posible victoria de Erdogan aleja las aspiraciones turcas de formar parte de la Unión Europea. Los diferentes líderes de la UE ya se han mostrado reticentes a la propuesta de modificación de la Constitución y lo han demostrado en los últimos episodios impidiendo hacer campaña por el sí en varios países como Holanda o Alemania. En los meses de febrero y marzo, el gabinete de Erdogan y él mismo han lanzado fuertes acusaciones a los países europeos para impedir hacer actos pel 'sí' y para expulsar a una ministra del país turco que se encontraba en territorio neerlandés cuando se disponía a hacer un acto a favor de Erdogan.
Por otra parte, en Europa sí que se han permitido manifestaciones pro-kurdas, hecho que ha indignado a la administración turca y han acusado en Alemania de de encubrir terroristas del PKK debajo el paraguas europeo, aunque los países de la Unión Europea también catalogan el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) de grupo terrorista.
"El terrorismo de Estado de Holanda causa el mayor daño a Europa y a la UE. La UE ha dejado de ser la de la justicia, las libertades y los derechos humanos," dijo Erdogan el mes de marzo. Sobre Alemania, declaró: "vuestras prácticas no se diferencian de la de los nazis".