Una victoria de Donald Trump a las elecciones norteamericanas de este 5 de noviembre obligaría a la Unión Europea a adaptar su postura sobre la guerra a Ucrania. Así lo dijo este pasado domingo el primer ministro húngaro, Viktor Orbán. "Europa no puede soportar sola el peso de [la guerra], y si los norteamericanos optan por la paz, entonces nosotros también tendremos que adaptarnos, y eso es lo que discutiremos en Budapest", decía Orbán, según un informe de Reuters, a referencia a una reunión de líderes europeos del 7 al 8 de noviembre en la capital húngara. Orbán también reiteró su apoyo a Trump antes de las elecciones del martes, en el que el expresidente norteamericano se enfrentará a la actual vicepresidenta Kamala Harris.

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Trump prometió poner fin a la guerra en Ucrania "muy pronto" si ganaba las elecciones, gracias a su "muy buena relación" con el presidente ruso, Vladímir Putin. El expresidente norteamericano hizo esta promesa en una reunión con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, el 27 de septiembre. En un mitin celebrado el sábado en Michigan, Trump se quejó ante sus seguidores de que "todos los países del mundo, incluidos nuestros aliados, se están aprovechando de los Estados Unidos". Y en muchos casos, nuestros aliados son peores que nuestros supuestos enemigos," añadió. El jueves, Orbán escribió a las redes sociales que mantuvo una llamada telefónica con Trump en que deseó al candidato republicano "la mejor de las suertes" a las elecciones.

Ucrania empieza a perder la esperanza

Ucrania podría ser la gran perjudicada de la victoria electoral de Trump. Incluso con la ayuda militar y financiera sin precedentes de los demócratas, las pérdidas en el campo de batalla se han acelerado en el este y Ucrania se ha impacientado ante la reticencia del presidente Joe Biden a dejar que libere armas occidentales contra objetivos en el interior de Rusia. Mientras tanto, el candidato presidencial republicano Donald Trump ha criticado el nivel de apoyo norteamericano a Kyiv, se ha negado a decir que quiere que Ucrania gane la guerra y ha prometido, si es elegido, poner fin al conflicto antes de asumir el cargo en enero, sin explicar como. Eso ha llevado a algunos ucranianos comunes y funcionarios a ser menos categóricos sobre quién quieren que gane la Casa Blanca: Trump o la candidata demócrata Kamala Harris.

Los Estados Unidos han proporcionado en Ucrania decenas de miles de millones de dólares en asistencia militar y financiera (más que cualquier otro aliado) desde que Rusia lanzó su guerra a gran escala contra Ucrania en febrero del 2022.
Esta asistencia ha proporcionado en Ucrania un salvavidas para su ejército mucho más pequeño, pero el presidente Volodímir Zelenski ha dicho durante todo el conflicto que el apoyo de los Estados Unidos y Occidente ha sido demasiado poco y demasiado tarde para cambiar el rumbo a favor de Ucrania. Moscú dice que quiere la paz, pero ha fijado condiciones que Kyiv considera inaceptables. Zelenski también ha subrayado la necesidad de una resolución justa de la guerra y ha hablado de una cumbre a finales de este año donde podría participar un representante de Moscú.

Trump y sus intenciones de poner fin a la guerra

Donald Trump dice que pondría fin a la guerra de Rusia en Ucrania si volviera a la Casa Blanca, pero cualquier acuerdo probablemente dejará Kyiv mucho más débil y la seguridad europea en un peligro todavía mayor. Otro punto conflictivo importante que la presidencia de Trump intentaría influenciar inmediatamente es el creciente conflicto entre Irán e Israel. Trump estuvo cerca de una guerra directa con Teherán durante su primer mandato y la moderación previa podría dar paso a una confrontación directa esta vez.

Después está el abrumador desafío de largo plazo que plantea a China, con Corea del Norte como otro dolor de cabeza creciente, especialmente después de que Trump intentó, pero no consiguió acercarse al líder del estado ermitaño durante su primer periodo como comandante en jefe.

Trump y las reticencias con la OTAN

El historial de imprevisibilidad de Trump es un desafío para los enemigos tradicionales, pero también para los aliados más próximos de Washington, en particular los miembros de la alianza de la OTAN. El candidato republicano no ha escondido su frustración por la manera como los Estados Unidos han financiado durante décadas la manta de seguridad que protege Europa.

Durante su primer mandato como presidente, Trump amenazó con retirar los Estados Unidos de la alianza, una medida que casi con certeza sería su sentencia de muerte. No obstante, su retórica ayudó a impulsar a los aliados en rascarse más los bolsillos y gastar más a sus ejércitos.