La Unión Europea (UE) ha conseguido este miércoles cerrar un acuerdo sobre el pacto de migración y asilo, con el cual pretende endurecer las condiciones y gestionar de manera previsible y ordenada los flujos de inmigrantes en su territorio. "El Consejo y el Parlamento consiguen un gran avance en la reforma para mejorar el sistema de migración y asilo de la UE. Se ha conseguido un acuerdo político sobre los cinco expedientes del nuevo pacto de la UE sobre migración y asilo", ha anunciado la presidencia española del Consejo de la UE en su cuenta oficial en X.
Han hecho falta dos días y noches de intensas negociaciones para acabar de cerrar los últimos escollos del paquete legislativo que la Comisión Europea propuso el año 2020. "Es un momento histórico", ha destacado en un vídeo publicado en su cuenta de X la comisaria de Interior, Ylva Johansson, mientras que el vicepresidente comunitario Margaritis Schinas ha señalado en la misma red social que la UE finalmente ha conseguido encajar todas las piezas después de "un largo camino" y que "Europa finalmente está cumpliendo con la migración".
Se tendrá que adoptar antes de las elecciones europeas
El acuerdo cerrado a primera hora de este miércoles entre los representantes de la presidencia del Consejo de la UE (que ostenta España hasta fin de año), el Parlamento Europeo y la Comisión Europea, tendrá que ser formalizado y adoptado en el primer semestre de 2024, antes de las elecciones europeas que se celebrarán en los 27 países del club comunitario entre el 6 y el 9 de junio próximo.
Después de que el Parlamento Europeo renunciara a las cuotas obligatorias de acogida de migrantes, las nuevas normas fijan un mecanismo voluntario de reparto de migrantes con el objetivo de redistribuir al menos 30.000 el año. En caso de que un país rechace hacerlo, tendrá que pagar una penalización de 20.000 euros por migrante rechazado o dar al país en cuestión apoyo de alguna otra manera.
El Pacto también incluye un procedimiento acelerado de asilo en frontera con el fin de resolver más rápidamente los casos con pocas posibilidades de conseguir protección. Las nuevas normas prevén un control y registro de los migrantes que llegan a las fronteras comunitarias con el objetivo de identificarlos rápidamente y que estos ya no lleguen al procedimiento de asilo en caso de que se considere que las razones alegadas para conseguir protección son infundadas.
Aparte de la identificación, también se harán pruebas sanitarias y de seguridad en los migrantes, así como impresiones dactilares y se registrarán en la base de datos Eurodac, la base de datos de la UE donde se recogen las huellas digitales para identificar migrantes irregulares o solicitantes de asilo. La reforma migratoria comunitaria también apuesta por impulsar acuerdos con terceros países a fin de que impidan la llegada de migrantes a la UE. Se sigue así el ejemplo de acuerdos como el de Turquía y Túnez, un hecho que puede impulsar la instrumentalización de migrantes por parte de estos países.
Una propuesta que viene de lejos
Con este acuerdo, la UE tendrá el mecanismo de controlar sus fronteras externas y reducir la presión migratoria hacia la Unión Europea. Eso incluye la protección de fronteras, un mecanismo de control para la acogida de refugiados y el retorno de quien "no tiene derecho a quedarse en la UE". Se trata de un mecanismo que empezó a pensarse el año 2016, después de la ola migratoria de más de dos millones de sirios que aterrizaron en la Unión Europea.
La primera reforma la propuso el entonces presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, pero no obtuvo el apoyo|soporte de los estados de la Unión Europea. Sobre todo a la hora de aplicar el principio de solidaridad y compartir las responsabilidades en el ámbito del asilo de forma justa. Cuatro años más tarde, en septiembre del 2020, la actual presidenta de la Comisión, Úrsula von der Leyen, intentó reactivar el acuerdo, que se basaba en reforzar e integrar políticas en materia de migración, asilo y gestión de fronteras.