El contexto geopolítico actual, marcado por una creciente beligerancia de grandes potencias mundiales, ha llevado la Unión Europea a decantarse por invertir en preparar a los países para cualquier tipo de ataque o crisis que pueda amenazar a sus ciudadanos. Eso pasa por un aumento en el gasto de seguridad, así como preparar a los ciudadanos civiles, ya sea por una potencial guerra, ciberataques, pandemias o los efectos de la crisis climática. Por tal objetivo, Bruselas pide a todos los hogares europeos que tengan reservas de agua, medicamentos, baterías y alimentos para subsistir 72 horas. Es una de las directrices de la Estrategia de Preparación de la Unión, que presentará al Ejecutivo comunitario el miércoles.
El borrador de esta directriz, a la que ha tenido acceso El País, recoge que la población europea tiene que estar preparada “por incidentes y crisis intersectoriales a gran escala, incluida la posibilidad de agresión armada, que afectan unos o más Estados miembros”. “En un contexto de aumento de los riesgos naturales y antropogénicos, y de deterioro de las perspectivas de seguridad para Europa, es urgente que la UE y sus Estados miembros refuercen su preparación”, se recoge en el texto, que todavía puede sufrir modificaciones.
30 acciones claves
Actualmente, el borrador incluye 30 acciones que pasan desde la preparación civil en caso de emergencia a elementos más técnicos como maniobras conjuntas y cursos especializados para jóvenes y adultos. El tono y el contenido de este borrador dibuja una UE a la puerta de una emergencia, militar o climática.
El texto provisional de esta propuesta de directiva subraya la importancia de la solidaridad entre países. “La UE tiene que ser capaz de desplegar todos los medios y activos disponibles en apoyo de los Estados miembros”, se recoge al texto, donde se añade: “Eso podría incluir recursos militares puestos a disposición por los países”.
El origen de esta propuesta
El documento, que se presentará el miércoles, está basado en un informe sobre preparación ante las crisis, elaborado por Sauli Niinistö, expresidente de Finlandia, un país con una amplia regulación y con la preparación ciudadana mayor del continente en caso de crisis. Si bien Niinistö apostaba por invertir un 20% del presupuesto comunitario en la seguridad de los 27, Bruselas no ha entrado en detalles sobre los fondos relacionados con esta propuesta.
Desde hace tiempo, la Comisión apunta que hace falta un “cambio de mentalidad” de la ciudadanía ante el cambio geopolítico internacional y de la amenaza que supone la crisis climática en el continente. “Europa no se puede permitir ser un simple observador”, se recoge al texto de la estrategia. “En caso de agresión armada, las fuerzas armadas requerirían apoyo civil para garantizar el funcionamiento continuo del Estado y la sociedad”, se incluye en el borrador.