Breve, pero intenso. La Alianza Atlántica cierra este jueves la cumbre que ha sacado adelante su estrategia para los diez próximos años. Así, se ha comprometido a defender "cada centímetro" del territorio de todos sus socios y que ha pasado considerar Rusia como socio estratégico como la amenaza más grande. Este jueves empieza la segunda y última jornada del encuentro que ha reunido durante dos días a una treintena de mandatarios. Hacia las 8.30, estaba prevista la llegada de los de los jefes de Estado y de gobierno a Ifema que, una hora y media después, participarán en la ceremonia de firma de la Carta de Compromiso del Fondo de Innovación de la OTAN.
Primera reunión de la OTAN del día
A partir de las 10.30 tendrá lugar la primera reunión del Consejo del Atlántico Norte con respecto a jefes de Estado y de gobierno. En las 12.15, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ofrecerá la rueda de prensa final de la cumbre, la cual seguirán las comparecencias de los otros mandatarios, como el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Mientras eso pasa, Felipe VI se reunirá con el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y ya por la tarde recibirá en audiencia el almirante Rob Bauer, presidente del Comité Militar de la OTAN. Letizia, por su parte, volverá a verse esta mañana con los acompañantes de los mandatarios, a los cuales ayer mostró el Museo Reina Sofía y el Palacio Real de la Granja de San Ildefonso, en esta ocasión para visitar el Teatro Real.
Rusia, en el punto de mira de la cumbre de la OTAN
La cumbre de la OTAN empezó este miércoles con el propósito de trasladar un mensaje de unidad y democracia ante las nuevas amenazas y se esperaba "crucial" por parte del secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, y el anfitrión del encuentro, Pedro Sánchez; y "verdaderamente histórica" para la del presidente de los EE.UU., Joe Biden. Estos dos días han servido los aliados, que sumarán Finlandia y Suecia después del desbloqueo al cual han llegado los dos países con Turquía, para aprobar el nuevo concepto estratégico que guiará las políticas de la organización transatlántica delante los desafíos y las amenazas la década que viene y que sustituye lo que iluminaron en Lisboa en el 2010. Una cumbre que, entonces, ponía fin a la guerra fría en Europa y donde se pactó que Rusia pasaba a ser un socio estratégico de la Alianza.
El panorama, pero ha cambiado. Rusia ha pasado de socio estratégico a ser considerada una amenaza. Concretamente, la OTAN lo ha señalado como la "más significativa y directa amenaza" para la seguridad de los aliados y la paz y la estabilidad en el área euroatlántica. "La Federación Rusa es la amenaza más importante y directa para la seguridad de los aliados y para la paz y la estabilidad en la zona euroatlántica", recalca.
España consigue un poco de control en el flanco sur
Pero, además de la Rusia de Putin, la OTAN está decidida a "preservar la soberanía y la integridad territorial de todos los aliados ante cualquier agresor". "En un contexto de competencia estratégica –afirma–, mejoraremos nuestra conciencia global para conseguir disuadir, defender y responder en todos los territorios en línea con nuestro objetivo de los 360 grados", dice la estrategia. Según fuentes españolas, este supuesto ha sido incorporado a instancias de nuestro país. El gobierno de Pedro Sánchez afirmaba estar convencido de que en caso de una amenaza a la integridad territorial de España a las ciudades de Ceuta y Melilla, recibiría el auxilio de la Alianza. También, por primera vez, la OTAN ha incluido la región del Sahel como una zona que "afecta directamente" a la seguridad de la OTAN y de todos sus aliados.
Uno de los objetivos más importantes de España en esta cumbre era conseguir una atención mayor en el flanco sur y así lo pidió, con el resultado que el Sahel es considerado, junto con el Oriente Medio y el norte de África, como fuente de "conflicto, fragilidad" e inestabilidad" y terreno fértil para "la proliferación de grupos armados, incluidas organizaciones terroristas". Tener en cuenta el flanco sur contribuirá, en opinión del gobierno, al aumento de destructores norteamericanos –de cuatro a seis– que trasladó el martes en Sánchez el presidente norteamericano, Joe Biden.
Lo hicieron en una reunión bilateral en que los dos se comprometieron –en plena polémica por la reciente tragedia en la valla de Melilla en que murieron al menos 23 personas, según Marruecos, y 37, según las ONG– a colaborar en un enfoque integral para la gestión de los flujos migratorios irregulares que garantice un trato justo y humano de los migrantes.