Los Estados Unidos han dicho esta semana que no enviarían armas de largo alcance a Ucrania. El presidente de los EE.UU., Joe Biden, ha dicho que no suministrarán cohetes ni armas de largo alcance que puedan llegar a Rusia. El objetivo es aliviar las tensiones con Moscú sobre el posible despliegue de misiles de largo alcance que pueden recorrer una distancia, aproximadamente, de 300 kilómetros. Ucrania no está muy contenta con el papel que la OTAN está jugando en el conflicto con Rusia. De hecho, el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmitro Kuleba, acusó la alianza, todavía no hace ni una semana, de "no hacer literalmente nada" ante la guerra. Ahora, Biden ha confirmado que enviará sistemas de cohetes más avanzados a Kyiv, un arma crítica que los líderes ucranianos han estado pidiendo mientras luchan por detener el progreso ruso en la región del Donbás.
Los sistemas de cohetes de artillería de alcance medio y alta movilidad son una parte de un nuevo tramo de 700 millones de dólares de asistencia de seguridad para Ucrania desde los EE.UU. Eso incluye: helicópteros, sistemas de armas antitanque, vehículos tácticos, recambios y más, según los altos funcionarios de la administración.
Biden habría dicho, en un ensayo que recoge el The New York Times, que la invasión rusa de Ucrania acabará a través de la diplomacia, pero que los Estados Unidos tiene que proporcionar armas y municiones significativas para darle a Ucrania más influencia en la mesa de negociaciones. "Por eso he decidido que proporcionaremos a los ucranianos sistemas de cohetes y municiones más avanzados que permitan atacar objetivos claves con más precisión en el campo de batalla", ha escrito Biden.
La tragedia de Severodonetsk
El paquete de ayudas también incluye munición, radares, radares de vigilancia, misiles antitanque y armas antiblindaje. La medida se produce después de que Serhiy Gaidai, gobernador de la provincia ucraniana de Lugansk, dijera que las fuerzas rusas habían tomado el control de la mayor parte de la ciudad oriental clave de Severodonetsk. Una ciudad que esta semana se ha dicho que recibe unos 200 bombardeos por hora.
El alcalde de la ciudad, Oleksandr Striuk, ha dicho que los bombardeos de artillería amenazaban la vida de los millares de civiles que todavía se refugiaban en la ciudad en ruinas, y que las evacuaciones no son posibles. Los combates en la calle están en marcha, y ha añadido: "La situación es muy grave y la ciudad está siendo esencialmente destruida sin piedad, calle por calle".
Las autoridades ucranianas han descrito las condiciones de Severodonetsk como una reminiscencia de Mariúpol, la ciudad portuaria que cayó el 20 de mayo después de casi tres meses de ataques implacables.
La ciudad se encuentra cerca del río Siverskyi Donets, a unos 145 kilómetros en el sur de la frontera con Rusia. El Kremlin es muy lento, pero avanza de manera sólida por el territorio. Como no pudieron llegar hasta Kyiv, Rusia ha cambiado de estrategia e intenta consolidar posiciones en el Donbás. Una gran parte ya está bajo control ruso o bien prorruso.