Representantes del grupo palestino Hamás viajarán este sábado a El Cairo para continuar las negociaciones con "espíritu positivo" para alcanzar una posible tregua con Israel. Aunque el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha insistido en que las tropas israelíes entrarán en Rafah "con acuerdo o sin", las autoridades egipcias han avanzado que las conversaciones para un acuerdo han avanzado en un "ambiente positivo".
"Haciendo énfasis en el espíritu positivo con que los dirigentes del movimiento abordaron el examen de la propuesta de alto el fuego que recibieron recientemente, iremos a El Cairo con el mismo espíritu para llegar a un acuerdo", ha afirmado Hamás en un comunicado. En el texto se remarcan algunas de las exigencias de la milicia islamista: "Detener completamente la agresión, la retirada de las fuerzas de ocupación, el retorno de los desplazados y el alivio de nuestro pueblo, el inicio de la reconstrucción y la conclusión de un acuerdo de intercambio serio".
Uno de los puntos más controvertidos del acuerdo es la demanda de un fin completo de la ofensiva israelí en aquello que los socios de Gobierno más radicales de Netanyahu, se oponen hasta el punto que han amenazado con abandonar al Ejecutivo en caso de un alto el fuego permanente. De manera, que por ahora solo se ha puesto sobre la mesa "una calma sostenida" de las hostilidades por parte de los israelíes. Según la agencia Reuters, la propuesta de Israel también implica un acuerdo para la liberación de unos 40 rehenes de los aproximadamente 130 que se cree que siguen en Gaza a cambio de excarcelar palestinos retenidos en las prisiones israelíes.
Protestas en los campus estadounidenses: 2.500
Mientras la guerra en Gaza continúa, a miles de kilómetros, también lo hacen las protestas de los estudiantes estadounidenses para un alto el fuego. Las protestas dejan ya más de 2.500 detenidos, un movimiento que tiene un nuevo frente abierto a Chicago, donde la universidad advirtió a los estudiantes que la acampada no puede seguir y tienen que desalojar cuanto antes mejor. "Dije que solo intervendríamos si, lo que podría haber sido un ejercicio de libre expresión, bloqueaba el aprendizaje o la expresión de otros o perturba sustancialmente el funcionamiento o la seguridad de la universidad. Sin un acuerdo para poner fin al campamento, hemos llegado a este punto", ha afirmado el presidente de la institución, Paul Alivastos. La Universidad de Chicago había sido más permisiva con la protesta que muchas otras en el país, ya que parte de una tradición de favorecer la libertad de expresión en el recinto.