El ochenta por ciento de la ciudad de Venecia está bajo el agua. Se trata de una "devastación apocalíptica": Así ha definido la mayor inundación desde 1966 de la ciudad de los canales el presidente de la región del Veneto, Luca Zaia.

"Venecia está de rodillas. La basílica de San Marcos ha sufrido graves daños, así como toda la ciudad y las islas", ha añadido por su parte el alcalde, Luigi Brugnaro, después de una de las noches más duras que ha sufrido en su historia la ya frágil ciudad.


El alcalde ha comparecido en una rueda de prensa muy afectado por los destrozos y ha asegurado que había visto a gente llorar "porque había perdido todo" y que ha llegado el momento de dar "una respuesta histórica" para salvaguardar una de las más importantes "tarjetas de visita" de Italia.

El fenómeno del "agua alta" en Venecia, la subida de las mareas, alcanzó a las 22.50 (20.50 GMT) de este martes los 187 centímetros tras el récord de 194 centímetros que se alcanzó en la inundación de 1966, pero esta vez acompañado con vientos de hasta 100 kilómetros por hora.

Las sirenas que anuncian las subidas de la marea sonaron hasta tres veces durante la noche y los daños en la ciudad se observan a simple vista, pero se podrán cuantificar solo cuando se retire el agua, aunque el alcalde ya ha avanzado que serán de varios cientos de millones de euros.

Enormes daños y un muerto

Góndolas y lanchas arrancadas de los amarres y empujadas hacia las costas, cinco "vaporetti", el transporte marítimo público, hundidos o a la deriva, así como totalmente inundadas las tiendas, restaurantes y hoteles de la ciudad. Más de 60 barcos han resultado dañados, según una primera estimación.

También se ha producido una víctima, un hombre de 78 años que se electrocutó en la isla de Pellestrina, al sur de Venecia debido a un cortocircuito cuando intentaba bombear el agua de su casa.

El ayuntamiento de la ciudad pedirá el estado de calamidad natural para poder contar con ayudas estatales e ha instado a todos los venecianos a documentar los daños que han sufrido.

El Gobierno italiano ha informado de que la situación de Venecia se afrontará en el próximo Consejo de ministros en el que se evaluarán "las intervenciones necesarias y urgentes para proteger la ciudad y los habitantes" y tanto el presidente del Gobierno, Giuseppe Conte, como algunos ministros llegarán hoy a la ciudad "Serenissima".

Todas las escuelas en Venecia y de las islas permanecerán cerradas y en varias zonas de la ciudad se han producido apagones, sobre todo en el Lido y en el Campo Santa Margherita, y el agua ha entrado prácticamente en todos los edificios del centro.

Una de las imágenes de la difícil situación en la que se encuentran los residentes es la del agua que sale a borbotones desde las tomas de corriente de las casas, lo que impide el uso de aparatos para bombear.


"Es una devastación. Los daños son enormes y por desgracia no parece que esto se detenga, ya que continúa la marea alta, Los cuadros eléctricos de los hoteles han saltado y por tanto no se pueden utilizar las bombas para sacar el agua", ha descrito a los medios italianos el director de la Asociación veneciana de hoteleros, Claudio Scarpa.

La Protección civil ha comunicado que 130 bomberos están interviniendo en Venecia. Y el problema para los expertos es que el mal tiempo no remitirá y por tanto el fenómeno del "agua alta" continuará durante toda la semana.

Preocupación por el patrimonio cultural

Preocupa sobre todo la situación de la basílica de San Marcos, ya gravemente afectada en la inundación de octubre del año pasado y que obligó a realizar una restauración de suelo y de las columnas.

Durante la noche la altura del agua ha llegado a los 110 centímetros y ha sumergido la cripta del santo, pero solo cuando el agua se retire se podrán evaluar los daños de la sal que se filtra entre los valiosos mosaicos y los mármoles.

En la rueda de prensa, el patriarca de San Marcos, Francesco Moraglia, ha asegurado que nunca había visto nada igual cuando a las olas enormes que surcaba la pasada noche la plaza de San Marcos.

También ha sufrido algunos daños el Teatro La Fenice y aunque el agua no ha afectado a la zona del escenario, sí ha inundado otras zonas por lo que ha tenido que ser desactivado el sistema eléctrico y antincendio y se teme por la inauguración de la temporada operística prevista para el 24 de noviembre.

El Ministerio de Bienes Culturales y Turismo italiano ha activado la unidad de crisis para verificar y proteger el patrimonio cultural que puede haber sido dañado por la marea alta excepcional que está golpeando a Venecia, ha comunicado.