Escòcia se encamina a "explorar las vías legales" para superar el rechazo del gobierno británico a un nuevo referéndum de independencia. Con los escoceses llamados a las urnas este jueves en unas elecciones en que la principal incógnita es si la primera ministra y líder del Partido Nacional Escocés (SNP), Nicola Sturgeon, conseguirá la mayoría absoluta, el profesor de Política en la Universidad de Essex Robert Johns asegura en una entrevista en la ACN que no ve ningún motivo para que el primer ministro británico, Boris Johnson, acepte una nueva votación, pero tampoco ve probable que Sturgeon opte por una votación unilateral y cree que actuará "según las encuestas".
"No tiene incentivos políticos para hacerlo porque todos sus apoyos en Escocia están en contra. No gana ningún voto siendo blando en esta cuestión", dice Johns, que subraya que una mayoría absoluta daría a Sturgeon "confianza" para "explorar las vías legales" para una votación.
Esta opinión también la comparte el experto del Centro on Constitutional Change Daniel Cetrà, que cree que Escocia se puede encaminar "a una situación un poco catalana" con "un mandato" salido de los comicios para hacer un nuevo referéndum, sin embargo "con un gobierno central que dice que no y se judicializa el contexto".
Con encuestas y expertos dando por hecha la victoria del SNP a las elecciones, la hoja de ruta del partido para celebrar un "referéndum legal de independencia" prevé como primera opción volver a pedir al gobierno británico los poderes para hacerlo. En caso de que Londres se oponga, cosa que el partido de Sturgeon defiende que no tiene "ninguna justificación moral ni democrática" por hacer, apuesta por introducir una ley al parlamento de Holyrood para hacer "las preparaciones necesarias para el referéndum se puedan hacer e implementar una vez se acabe la pandemia".
Las tres opciones de Sturgeon
En el escenario en que se tramita una ley para el referéndum en el parlamento escocés, el partido de Sturgeon prevé tres opciones. La primera es que el gobierno británico acepte que el parlamento de Holyrood ya tiene el poder de legislar para hacer la consulta y, por lo tanto, la deje salir adelante. Como segunda, que acepte finalmente el traspaso de poderes a través de la Sección 30. La última opción es que Londres "inicie acciones legales para disputar la base legal del referéndum e intente bloquear la voluntad del pueblo escocés en los tribunales". "Este tipo de recursos judiciales serían vigorosamente confrontados por el gobierno del SNP", avisa el partido.
Sobre la posible disputa en los tribunales por el referéndum, Cetrà remarca que sería una situación "poco habitual a la cultura política británica" porque "el Tribunal Supremo del Reino Unido no juega normalmente este rol de dirimir disputas del ámbito político". "Hasta ahora se había interpretado como una cosa muy sujeta al debate público y a la correlación de fuerzas", añade.
Con la disputa por el referéndum entrando en una "vía muy incierta", hay divergencias entre los expertos sobre cuál podría ser el desenlace. "Los dos tienen argumentos políticos de peso", apunta al profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Glasgow Robert Liñera. Johnson puede alegar que con el referéndum del 2014 se acordó que sería "para una generación" y que no se pueden celebrar de manera tan frecuente. En cambio, Sturgeon lo puede rebatir porque hay "un cambio sustancial en la posición constitucional de Escocia" por el Brexit.
El hecho de que la Constitución británica "no esté escrita", dice Johns, hace que con esta posible disputa "se entre en un nuevo terreno" con una decisión del tribunal posiblemente "cuestionada" por los que no estén de acuerdo. "No hay un impedimento escrito a la secesión, pero tampoco un derecho", añade Cetrà. El investigador del Centre on Constitutional Change también asegura que algunos expertos apuntan que el parlamento británico siempre tiene la última palabra porque radica en último término la soberanía, aunque ve esta posición cuanto "menos probable".
Liñera tampoco se atreve a pronosticar qué diría el Tribunal Supremo británico porque "no está claro hasta qué punto Escocia tiene derecho a convocar un referéndum unilateralmente". Ahora bien, Escocia asumió que "es el gobierno británico quien tiene el poder para convocarlo" con el precedente anterior de un referéndum acordado, remarca Liñera.
Sturgeon ante el referéndum
Los tres expertos ven "difícil" que Sturgeon opte por un referéndum unilateral "en las actuales condiciones". "Todo podría cambiar, sin embargo", dice Liñera, en función de la situación del Brexit y de la pandemia. La división de la opinión pública con respecto a la conveniencia de un nuevo referéndum también disminuye "el capital político" de Edimburgo para sacar adelante un plebiscito sin la autorización de Londres, según este experto.
Johns también cree que Sturgeon actuará "según digan las encuestas", mientras Cetrà remarca el "difícil equilibrio" de la líder del SNP durante la campaña para mostrar al mismo tiempo su compromiso con el referéndum sin "transmitir la sensación que sólo lo importa el tema constitucional".
"Está buscando un equilibrio difícil porque sus votantes están cada vez más impacientes", dice Cetrà, que subraya que en estos comicios, además, tiene más competencia en esta cuestión por la aparición del partido Alba liderado por el exprimer ministro Alex Salmond.
En todo caso, la hoja de ruta del SNP para el referéndum ya apunta que aspira a hacer una nueva votación, después de que en la del 2014 ganara el 'no' a la intendencia con un 55% de los votos, en los dos primeros años y media legislatura y una vez haya acabado la Covid-19. "Es consciente de que la mayoría de los escoceses no quieren que sea una cosa inmediata. La gente no quiere que haya esta decisión tan importante ahora mismo", insiste Cetrà.
En todo caso, Johns cree que una mayoría absoluta en las elecciones daría a Sturgeon "más confianza para explorar vías legales" para una nueva votación. Además, el profesor de la Universidad de Essex avisa de que la negativa de Londres también puede aumentar el apoyo a la independencia. "Si las encuestas apuntan a un 50% a favor y un 50% en contra no creo que tenga mucha confianza para hacer un referéndum hasta que no haya un movimiento claro", indica.