El conflicto en Ucrania ya nos está afectando de varias maneras, desde la crisis energética o la inflación hasta la inestabilidad en los mercados. La partida de ajedrez entre Rusia y la OTAN continúa con una ambiente de calma tensa, pero desde la Casa Blanca ya han alertado que, estalle o no la guerra, hay que estar preparados para nuevos episodios. Uno de los escenarios que auguran con más probabilidad es el de los ciberataques a Europa. Rusia ya ha protagonizado diversos contra los ucranianos y Occidente ya se prepara por si hay que hacer frente.

Los servicios de inteligencia norteamericanos creen que los movimientos militares rusos podrían estar precedidos por ataques de tipo cibernético contra objetivos sensibles como los sistemas de comunicaciones, la red eléctrica o las instituciones. Si bien ahora sólo lo han hecho en Ucrania, no descartan que también pueda afectar a los europeos. Es por eso que los EE.UU. han enviado su jefa de seguridad cibernética, Anne Neuberger, en Bélgica para dar apoyo a la OTAN en la lucha contra posibles ataques.

"Hemos estado advirtiendo durante semanas y meses, tanto en público como en privado, que los ciberataques podrían ser parte de un amplio esfuerzo ruso por desestabilizar y seguir invadiendo Ucrania", ha asegurado Neuberger. Además, ha advertido "que los tipos de ciberacciones perturbadoras o destructivas posibles durante un conflicto son diferentes en alcance, tipo y complejidad que hemos visto en tiempo de paz".

Una guerra cibernética

En enero, los piratas informáticos rusos bloquearon docenas de sitios web gubernamentales en Ucrania y Microsoft advirtió que había detectado una forma peligrosa de programas malignos a las redes informáticas gubernamentales y privadas del país. El último ataque ha sido esta misma semana contra el Ministerio de Defensa y dos bancos estatales.

Según explica The New York Times, el Gobierno de los EE.UU. también ha estado enviando en las últimas semanas discretamente equipos a Ucrania para ayudar a reforzar las defensas del país. Sin embargo, el diario precisa que estos expertos han informado a Washington de que es relativamente poco lo que pueden hacer para fortalecer fundamentalmente las redes de Ucrania en unas pocas semanas.

¿Cómo nos afectaría a una guerra en Ucrania?

 

 

Más allá de los ciberataques, el conflicto de Ucrania nos podría afectar de otras maneras. Europa tiene una gran dependencia de Rusia por el petróleo y el gas, ya que casi la mitad viene de allí y este es el quid de la cuestión. Los mercados internacionales del gas y el petróleo ya se han visto afectados con incrementos de precios por este conflicto. El precio del gas natural se ha disparado un 320% en tasas interanuales y el barril de petróleo ya cotiza por encima de los 88 dólares. Y los augurios son que los precios podrían crecer hasta un 75% más si continúan las tensiones. Como consecuencia, la subida del precio de la energía hace que también se encarezca el precio de absolutamente todos de los productos que consumimos. Los costes de producción para las empresas se disparan y acaba repercutiendo en nuestro bolsillo. Una crisis en Ucrania, pues, hará que la inflación siga subiéndose a nuestro país.