El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, y todos los representantes de su partido, Fidesz, han boicoteado la adhesión de Suecia a la OTAN. Aunque a principio de julio el ejecutivo húngaro había asegurado que daría luz verde a la incorporación del país escandinavo a la Alianza Atlántica, y que tan solo era "una cuestión técnica", finalmente no ha sido así. En la sesión extraordinaria que el Parlamento húngaro ha celebrado este lunes, ninguno de los miembros de Fidesz, que representan dos tercios de la cámara, se ha presentado, de manera que la votación no ha podido salir adelante por falta de cuórum. No hay previstas más sesiones parlamentarias a lo largo del mes de agosto, de manera que la decisión ha quedado pospuesta al menos hasta septiembre.
La sesión extraordinaria había sido convocada a iniciativa de la oposición, y según informó la prensa húngara antes de la sesión, el ministro responsable de la Presidencia, Gergely Gulyásés afirmó en rueda de prensa que era preferible votar la cuestión en "una sesión ordinaria", en un intento de posponer la votación. Así pues, finalmente este lunes solo han votado a favor a 45 diputados de la oposición, que han aprovechado las intervenciones para criticar la ausencia de Orbán y las consecuencias para el país de evitar esta votación. Según informa Daily News Hungary, el partido liberal Momentum ha afirmado que la decisión del gobierno "envía un mensaje de que no le importa la guerra y la seguridad de los húngaros", mientras que LMP ha acusado a Fidesz de "no respetar la cámara" parlamentaria. El portavoz de Coalición Democrática (DK), ha sido más duro y ha acusado a Orbán de "servir a los intereses de Putin".
A la espera de que Turquía dé el 'sí'
Suecia pidió el ingreso a la OTAN junto con Finlandia en mayo del 2022 como reacción a la invasión de Ucrania. Los diversos países de la Alianza fueron dando apoyo, excepto Hungría y Turquía, que expresaron reticencias y fueron posponiendo el debate sobre el tema y la votación durante meses. Finalmente, a finales de marzo de este año, Hungría ratificó la entrada de Finlandia, una decisión que llegó inmediatamente después de que el Parlamento turco hiciera lo mismo. La ratificación de Suecia, sin embargo, quedó en el aire, y así continúa cuatro meses después, presumiblemente a la espera de que Turquía dé el 'sí'.
Con todo, el boicot de Fidesz a la última sesión extraordinaria ha sorprendido, porque parecía que la postura del gobierno húngaro ya estaba clara. A principio de julio, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, aseguró durante una cumbre de la OTAN en Lituania que daría el visto bueno en octubre, una vez el Parlamento reanudara la actividad después del verano. Después de que Turquía levantara el veto, el ministro de Exteriores húngaro, Peter Szijjarto, aseguró desde la cumbre que el gobierno daba apoyo a la entrada de Suecia y que tan solo "sería una cuestión técnica". Sin embargo, parece que la decisión se podría posponer hasta la resolución definitiva de Turquía.