Varias personas involucradas en la recogida e identificación de los cuerpos de los muertos al ataque de Hamás el 7 de octubre del año pasado dijeron que habían visto múltiples señales de agresión sexual, incluyendo pelvis rotas, moratones, cortes y roturas, y que las víctimas iban desde niños y adolescentes hasta jubilados. La directora académica de Rackman Center, de la Universidad Bar Ilan y exvicepresidenta del comité de la ONU para la eliminación de la discriminación contra las mujeres, Ruth Halperin-Kaddari, explica en conversación con ElNacional.cat que se ha formado un grupo de expertos e investigadores sobre violencia sexual. "Supe que eso formaba parte del ataque porque tengo experiencia en este tema. Estaba claro para mí que Hamás tuvo muchas horas y tenían mucho tiempo en bases militares. Después había rumores en internet sobre el tema". En este sentido, constata que vino un equipo de 10 personas de la ONU para investigar este hecho. "La misión concluyó que había habido secuestros y violaciones en diferentes puntos. En el festival Nova, en los kibbutzs y en la carretera", e insiste en que "había un patrón". "Los cuerpos estaban desnudos o casi desnudos del todo, algunos estaban golpeados, muertos o en posiciones que no había dudas sobre el hecho de que había sido abusado sexualmente antes de ser asesinados".

Imágenes del ataque de Hamás del 7 de octubre del año pasado / Europa Press

Subraya que hay importantes dificultades a la hora de investigar sobre estos hechos. "Están saliendo personas y están explicando su experiencia", argumentaba. "Los primeros que llegaron y fotografiaron las escenas, las fotos de los rehenes, lo que han dicho los rehenes que han vuelto de Gaza... todo eso es material a tener en cuenta". Detalla que ha habido mutilaciones de genitales, y que algunas no se saben si estaban vivas o muertas cuando se les practicaron estas mutilaciones. "Eso no habría podido pasar si no hubiera sido un plan premeditado, utilizar la violencia sexual como guerra", destaca.

Tanques israelíes / Europa Press

Pero dentro de la investigación, hay muchos agujeros negros que cuesta iluminar. "La dificultad de eso es que no hay supervivientes que hayan podido testificar sobre este tema, porque la mayoría están muertas. Fuera después de ser atacadas o durante el asalto. Saben que hay muy pocas supervivientes que estén en condiciones de hablar. Un impacto así es muy fuerte y la mayoría deciden no hablar", relata. "El día 7 de octubre, cuando todos los cuerpos estaban en la morgue, la prioridad era identificar los cuerpos y dar un funeral a la persona muerta, tan rápido como fuera posible", explica. "No había protocolo, ni tampoco necesidad de tener evidencias", pone énfasis. Por lo tanto, muchos cuerpos fueron quemados, en consecuencia, este caso es mucho más complicado porque no hay posibilidad de investigar eso. "Eso es una de las dificultades que tenemos por juntar todas las pruebas y por este motivo, las comisiones son tan importantes. Y no solo, también lo son los informes sobre tortura y sobre las evidencias del ataque de Hamás, a pesar de la falta de evidencias forenses". Ahora bien, a pesar de los problemas, constata que hay pruebas importantes.