El activista y opositor ruso, Alekséi Navalni, cuya muerte han anunciado este viernes funcionarios rusos, ha sido uno de los críticos internos más abiertos del Kremlin durante más de una década. A pesar de las numerosas retenciones y esfuerzos por obstaculizar sus actividades, Navalni, de 47 años, ha estado siendo hasta el último momento una de las figuras de la oposición más popular a Rusia y una espina pintiparada para el Kremlin.
El Kremlin, sin embargo, ha insistido hasta el último momento que Navalni, no representaba una amenaza real, pero el presidente ruso, Vladímir Putin, no le llamaba por el nombre, observa un artículo del The Moscow Times. "Aquel personaje", "este señor", "una pobre excusa para un político", y "cierta fuerza política". Por ahora, Putin no ha comentado la muerte de Navalni abiertamente, pero sí que lo ha hecho el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, que expuso que el presidente ya era conocedor de la noticia.
Putin y su relación con Navalni
De manera repetida, el líder ruso ha dicho que no tiene miedo de los opositores. Durante la rueda de prensa anual del 2017, una rueda de prensa que tiene por costumbre durar horas, Putin fue preguntado por Navalni y el hecho de que no se pudiera presentar a las elecciones por una condena penal previa, recuerda el The Moscow Times. "La gente entiende que ser un activista de la oposición a Rusia significa que te matarán o te encarcelarán. ¿Tiene miedo el gobierno de la competencia leal?". Putin respondió que "las autoridades no tienen miedo de nada y nunca han tenido miedo de nada".
Ya en el 2018, hablando de las elecciones presidenciales y del hecho de que Navalni no se podría presentar, Putin dijo de él que era la persona que en Occidente le gustaría "promover en la esfera política rusa y ver el liderazgo del país". "El personaje que has mencionado (Navalni) no es el único a quien no se le ha permitido (participar en las elecciones presidenciales), por alguna razón los otros no son nombrados (en Estados Unidos)", soltaba el líder ruso.
En este sentido, la intención de dejar claro que Navalni era un líder impuesto por otros países, especialmente por los Estados Unidos y Occidente en general, era permanente.
Envenenamiento con un agente nervioso
El año 2020, Navalni fue evacuado a Alemania para recibir tratamiento después de un envenenamiento que se atribuyó en el Kremlin. Los científicos occidentales identificaron el veneno como el agente nervioso prohibido de diseño soviético Novichok. La investigación de los periodistas llevó hasta los servicios de seguridad de Rusia. El Kremlin, claro está, lo ha negado siempre. Durante la rueda de prensa de cada año, Putin dijo que si alguien lo hubiera querido envenenar, "lo más probable es que se hubiera llevado a término". El líder ruso se refirió a él como "el paciente de una clínica de Berlín", destaca el mismo diario.
Cuando volvió a Rusia en el 2021, Navalni fue arrestado para violar los términos de una sentencia del 2017, mientras se recuperaba en el extranjero. Su detención provocó protestas por todo el país pidiendo su liberación. Aquel año, las organizaciones de Navalni fueron prohibidas para ser catalogadas de "extremistas". Putin dijo en una entrevista en el NBC que no tener miedo de Navalni. "No tenemos esta costumbre de asesinar a nadie", dijo Putin, preguntado por si ordenó la muerte de Navalni.
Respondiendo a la pregunta de si Putin podría garantizar personalmente que Navalni saldría vive de prisión, el presidente dijo que Navalni era simplemente uno de los ciudadanos de la Federación Rusa que ha sido declarado culpable por un tribunal de justicia y está en la prisión. "No lo tratarán peor que nadie. Nadie tendría que recibir ningún tipo de trato especial. Sería un error", dijo Putin. "Todos tendrían que estar en igualdad de condiciones. De eso se llama el trato de "nación más favorecida". "No peor que nadie. Y la persona que usted ha mencionado, eso también se aplica", añadió y subraya al The Moscow Times.