El volcán más activo de Europa vuelve a entrar en erupción, unos meses después del anterior. El Etna, en Catania (Italia), ha registrado una nueva erupción que ha sido lo bastante violenta. Tanto, que la ceniza y el polvo que expulsa han obligado a suspender el tráfico en su aeropuerto por motivos de seguridad.
"A causa de la actividad eruptiva del Etna y de la caída de copiosa ceniza volcánica sobre el pavimento del aeropuerto, las operaciones de vuelo quedan suspendidas hasta que se recuperen las condiciones de seguridad", anunció en un comunicado la gestora del aeródromo. El Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV) confirmó esta nueva erupción, cuyos estrépitos han sido registrados en las localidades de Adrano y Biancavilla, en su vertiente suroeste, justo la dirección prevista en la dispersión de la nube.
La ceniza cubre las ciudades del regazo del volcán, donde han quedado imágenes de calles bañadas de ceniza y restos volcánicos. Los vecinos se ayudan para tratar de limpiar, dentro de lo posible, la acumulación de piedras y polvo volcánicas. Las redes se han llenado de imágenes de calles enterradas de ceniza y ciudadanos tratando de retirarla.
Actividad en el volcán mayor
El Etna se distingue por ser el volcán más activo de Europa y hace honor a su título, sin embargo, con respecto a su tamaño, no destaca especialmente. El volcán mayor del mundo todavía activo es el Mauna Loa de Hawái, el cual, después de 40 años, volvió a entrar en erupción a finales del año pasado. Es un volcán de tipo escudo. Es decir, que su lava es extremadamente floja (baja viscosidad) y las pendientes no son empinadas. Las erupciones de este tipo de volcanes son raramente violentas. Su forma es de estilo hawaiano, con fuentes de lava que alimentan sus corrientes. Al principio de la erupción, se abre una falla de varios kilómetros de largo y se forman corrientes de lava que se trasladan por toda su longitud (denominada "cortina de fuego"). Después de unos días, la actividad se concentra en una sola apertura.