"Si la situación se deteriora, si hay más ataques a la integridad territorial de Ucrania, responderemos con sanciones económicas y financieras masivas". Así lo ha confirmado este jueves la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, que ha alertado a Rusia de "sanciones económicas y financieras masivas" si ataca Ucrania. En una intervención telemática en la Agenda Davos 2022, la presidenta del ejecutivo europeo ha advertido a Rusia que la Unión Europea está "preparada" para actuar si hay un ataque. "No aceptaremos el intento de Rusia de dividir Europa en áreas de influencia", ha subrayado. Von der Leyen ha apostado por el diálogo con Rusia para "resolver el conflicto a través de los órganos creados para este objetivo", pero ha advertido que si no se encuentra una solución, Rusia será la gran perjudicada.
Relación comercial
La Unión Europea ha advertido que es "de lejos el mayor socio comercial de Rusia" así como su principal inversor. "Y sí, la relación comercial es importante para nosotros, pero todavía lo es más para Rusia", ha advertido Von der Leyen. Las palabras de la presidenta llegan el mismo día en que el secretario de estado de los Estados Unidos, Anthony Blinken, ha llegado a Berlín para reunirse con los ministros de exteriores de Alemania, Francia y el Reino Unido. La visita a la capital alemana es el último paso antes del encuentro de Blinken de este viernes en Ginebra con el ministro de exteriores ruso, Serguei Lavrov, para intentar encontrar una salida a la crisis.
El presidente estadounidense, Joe Biden, en una rueda de prensa en motivo de su primer año como presidente este jueves, ha pronosticado que Rusia invadirá Ucrania y ha generado confusión sobre como sería la respuesta de occidente. Biden ha considerado que "será un desastre para Rusia" si finalmente decide invadir Ucrania y reiteró sus amenazas de fuertes sanciones económicas. El presidente americano ha apuntado que Putin "no ha visto nunca sanciones como las que he prometido que se impondrán si se mueve" hacia Ucrania. Además, ha advertido que Moscú rendirá cuentas, aunque ha matizado que las medidas que los EE.UU. y sus socios adopten dependerán del tipo de intervención castrense que Rusia opte por hacer. En este sentido, ha dejado claro que los EE.UU. y sus aliados están preparados para "imponer un coste severo y un daño significativo" a Rusia y su economía. Y ha asegurado que "si invaden, pagarán. Sus bancos no podrán hacer transacciones en dólares".
"Cortina de humo"
Rusia por su parte, ha advertido que las "especulaciones" sobre un supuesto ataque inminente por parte de las fuerzas rusas contra Ucrania constituyen una "cortina de humo" que los Estados Unidos utiliza para justificar sus "provocaciones militares" en la región. La portavoz del Ministerio de Exteriores, Maria Zajarova, ha explicado que "los medios y altos funcionarios occidentales y ucranianos han estado amplificando estos días las especulaciones sobre un supuesto ataque inminente de Rusia a Ucrania. El objetivo de esta campaña es crear una cortina de humo informativa para preparar sus propias provocaciones, incluidas las militares, que podrían tener consecuencias nefastas para la seguridad regional y global".
La portavoz ha señalado que el envío de armas y tropas por parte del Reino Unido y Canadá a Ucrania no hace más que "confirmar los temores de Moscú que se estarían planificando provocaciones en este sentido", según ha recogido la agencia de noticias Sputnik. Así, ha destacado que los británicos han enviado ya a Ucrania al menos seis aviones de transporte militar con cargamento de armas y ha acusado a Londres de suministrar armamento portátil antitanque para combates en áreas urbanas. Canadá, por su parte, habría enviado más de 200 efectivos con el pretexto de "vigilar su Embajada" en Ucrania, ha matizado antes de acusar a Estados Unidos de inyectar más de 2.500 millones de dólares (unos 2.200 millones de euros) a las arcas ucranianas entre 2014 y 2021. Desde Moscú siguen calificando de "absurdas y peligrosas" las acusaciones sobre una posible invasión y hablan de "campañas de desinformación" para justificar medidas coercitivas, como sanciones económicas.