Xi Jinping ha escenificado este sábado uno de los gestos más grotescos de un líder mundial para anclarse en el poder. La escena ha tenido lugar durante la clausura del XX.º Congreso del Partido Comunista Chino, y la víctima ha sido el expresidente de China Hu Jintao. Al final del acto, que tenía que servir para tramitar el inicio del tercer mandato de Xi Jinping como presidente del país, un trabajador del partido se ha aproximado a Hu y lo ha echado por la fuerza. Ha habido resistencia física, ya que primero se ha producido una invitación a salir de la sala y más tarde han cogido al exmandatario por el brazo. Antes de abandonar el lugar, Hu le ha dicho alguna cosa a Xi. Ha sido una humillación en toda regla porque Xi no ha fulminado a Hu hasta el final del acto, una vez todos los periodistas ya estaban en la sala.
De hecho, durante este congreso Xi se ha dedicado a criticar a diestro y siniestro el mandato de Hu, que presidió China entre 2003 y 2013. Hay que tener en cuenta que fue el mismo Hu quien apostó por Xi para sustituirlo al frente del Partido Comunista. El actual dictador reconoció el domingo pasado que durante aquella etapa "hubo avances", pero también aseguró que "hubo una serie de problemas que demandaban una acción urgente". "Había una falta de entendimiento clara y de medidas efectivas, además de una tendencia a la debilidad", dijo; además de criticar "la burocracia, el hedonismo y la extravagancia que persistía en muchos lugares y departamentos".
El XX.º Congreso del Partido Comunista Chino ha servido para aprobar la reforma de los estatutos que sirven para anclar a Xi en el poder. De esta manera se da luz verde a su tercer mandato, de manera que el actual presidente de China ya se sienta en la misma mesa que Mao Zedong. En este acto también se ha aprobado el informe de la Comisión Central de Inspección de Disciplina, un órgano que facilita al presidente chino perseguir rivales políticos. Durante el congreso, pues, se ha puesto punto final al límite de diez años de mandato para el líder del partido, que es al mismo tiempo presidente del país.
Por otra parte, en el nuevo Comité Central, el grupo de 205 miembros que dirige la cúpula del régimen chino, no figuran los mandatarios más próximos a Hu. De hecho, cierne sobre China la duda sobre qué pasará con Li Keqiang, el actual primer ministro del país, que forma parte de la misma familia política de Hu. Es más: cuando echaron de la sala al expresidente de China, este le dio un golpecito en el hombro a Li, como señal de apoyo.