Nuevas revelaciones sobre el sabotaje al gasoducto Nord Stream. Solo 24 horas después de saber que las autoridades alemanas ordenaban la detención de un ciudadano ucraniano como presunto autor del sabotaje en el gasoducto entre Alemania y Rusia, en 2022, el Wall Street Journal ha publicado una información en exclusiva sobre cómo se produjo esta acción. El medio estadounidense va un paso más allá y afirma que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, aprobó inicialmente el plan, y después intentó paralizarlo sin éxito. El reportaje bajo el título "Una noche de borrachera en un yate alquilado: la verdadera historia del sabotaje en el oleoducto Nord Stream, define el sabotaje como uno de los "más audaces de la historia moderna" y revela que se forjó en una reunión de un "grupo de altos oficiales militares y empresarios ucranianos" con el objetivo de "brindar por el notable éxito de su país al detener la invasión rusa" de Ucrania en febrero de 2022. "Animado por el alcohol y el fervor patriótico, alguien sugirió un siguiente paso radical: destruir el Nord Stream", apunta el reportaje, que recuerda que se llegó a especular con que detrás de la destrucción del gasoducto mediante tres explosiones submarinas estaba la inteligencia estadounidense, la tesis defendida por Rusia, o incluso el mismo presidente ruso, Vladímir Putin.
La verdadera historia del Nord Stream
El Wall Street Journal defensa que la verdadera historia detrás del sabotaje del gasoducto, es que empresarios privados financiaron la operación que llevó a cabo un grupo de seis personas que navegaban a bordo de la Andromeda, un yate de recreo de 15 metros que habían alquilado en Alemania. Entre ellos había cuatro buzos civiles y una mujer, "a cuya presencia ayudó a crear la ilusión que se trataba de un grupo de amigos en un crucero de placer", según señala el reportaje.
El plan tuvo un coste de aproximadamente 300.000 dólares y fue supervisado por un general en funciones con experiencia en operaciones especiales que reportaba al entonces comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, el general Valeri Zalujni, de acuerdo con la investigación del WSJ, que habló con uno de los participantes y tres personas más familiarizadas con la operación, entre otras fuentes. "La CIA advirtió a la oficina de Zelenski que detuviera la operación, dijeron funcionarios estadounidenses. El presidente ucraniano ordenó entonces a Zalujni que la detuviera, según oficiales y funcionarios ucranianos familiarizados con la conversación, así como funcionarios de inteligencia occidentales. Pero el general ignoró la orden y su equipo modificó el plan original, dijeron estas personas".
El Wall Street Journal señala que para corroborar la información intercambió mensajes con Zalujni, actual embajador de Ucrania en el Reino Unido, y también con un alto funcionario del servicio de inteligencia ucraniano (SBU). Los dos negaron veracidad a la información. La fuente de la inteligencia ucraniana ha afirmado al medio que "Zelenski no aprobó la implementación de tales acciones en el territorio de terceros países y no emitió órdenes relevantes". Con todo, el diario indica que el relato hecho por los participantes en el sabotaje fue en parte corroborado por una investigación de la policía alemana de casi dos años, en la cual "no se ha vinculado directamente al presidente Zelenski con la operación clandestina".